III.
En estas redes de símbolos( y ficciones) que hemos construido como nuestra realidad, los seres humanos somos, por consiguiente, criaturas que trascienden lo natural, lo dado, a partir de su ámbito de lo construido, de lo cultural. Como explica Chiriguini en su texto desde una visión Marxista de la cuestión, la“ naturaleza” de la naturaleza humana debe entenderse dialécticamente: lo que nos distingue de lo meramente animal es nuestra capacidad humana de crear cultura al modificar la naturaleza, lo natural. El humano es en ese lugar dialéctico de tensión— y construcción de realidad— entre dos mundos, en el cual existe su historia. Recordemos que para Marx la historia es un proceso de creación, satisfacción, y nueva creación de necesidades humanas. Esto es lo que distingue al hombre de los animales.
[…] al ser los hombres las únicas criaturas creadoras de cultura, [ estos ] trascienden el nivel biológico, constituyendo una dimensión cualitativamente diferente, en la que transformarán su entorno y a ellos mismos en el proceso de retroalimentación que modificará su naturaleza biológica anterior. Nuevos atributos y nuevas leyes interpretarán su naturaleza tanto biológica como cultural: todos nacemos y morimos, pero la manera cómo nacemos y cómo morimos pertenece al ámbito de lo social y lo cultural […].(* 16)
Primera y principalmente la cultura humana es entonces transformación— transformación del entorno natural para crear las condiciones materiales de subsistencia humana—, así como básicamente es luego interpretación de esta transformación. Y en esto radica la singularidad de lo humano. Como señala Ariel Gravano, también desde una perspectiva Marxista de la cultura, cuando dice que“[…] la producción( material y simbólica) es el rasgo humano por excelencia”(* 17), y es en esta relación dialéctica entre lo natural y lo cultural donde el ser humano se define como tal, constituyendo la cultura por oposición y transformación de la naturaleza,“[ p ] orque”— argumenta Gravano—
somos la única especie( al menos conocida por nosotros y en este planeta) que ha desarrollado la cultura como modo por el cual ya no sólo estamos en el mundo de la naturaleza, como nuestros primos los animales, y las plantas, y el mundo de lo inorgánico. Esto es importante, porque los otros animales no hacen sino cumplir con las leyes naturales, en el sentido que ninguno de ellos se representa lo