Antropología Cultural y Social Antropología_Cultural_y_Social | Page 74

han sostenido nuestros sistemas de creencia religiosos (Harari nos recuerda que “millones de personas construyen juntas una catedral o una mezquita, o hacen una cruzada o una yihad, porque creen en las mismas historias sobre dios, el cielo y el infierno”); el ámbito de lo legal y lo jurídico (“Los derechos humanos, como las ideas de Dios o el paraíso, son historias que hemos ideado”, nos dice); nuestros complejos sistemas políticos (“¿Qué son los Estados y las Naciones?”, se pregunta Harari, y responde: “No son una realidad objetiva […]. Son tan sólo un cuento que hemos concebido, y al que nos hemos aferrado con fuerza”); incluso nuestras economías (“El dinero es de hecho la ficción más exitosa que haya creado jamás el ser humano, ya que es la única historia que todo el mundo cree”). Estos son todos modos de representar no ya una mera realidad objetiva, sino de recrear una realidad imaginaria. Lo cual es otro modo de decir que tenemos la capacidad de elaborar complejos sistemas simbólicos. Harari concluye diciendo: We humans control the world because we live in a dual reality. All other animals live in an objective reality. Their reality consists of objective entities, like rivers and trees and lions and elephants. We humans, we also live in an objective reality. In our world, too, there are rivers and trees and lions and elephants. But over the centuries, we have constructed on top of this objective reality a second layer of fictional reality, a reality made of fictional entities, like nations, like gods, like money, like corporations. And what is amazing is that as history unfolded, this fictional reality became more and more powerful so that today, the most powerful forces in the world are these fictional entities. Today, the very survival of rivers and trees and lions and elephants depends on the decisions and wishes of fictional entities, like the United States, like Google, like the World Bank —entities that exist only in our own imagination. (*15) Entonces, mientras que otros animales usan sus sistemas de comunicación para describir la realidad objetiva, nosotros los humanos —además de vivir en esta realidad objetiva— podemos representar una realidad ficcional desde nuestro lenguaje, creando así “una realidad”, como nos recuerda Harari, “basada en entidades imaginarias, como países, dioses, dinero, corporaciones”. Y estas “entidades ficcionales” son hoy las fuerzas más poderosas de nuestro mundo.