Antropología Cultural y Social Antropología_Cultural_y_Social | Page 63

Para ensayar una respuesta, primero el autor trata la categoría de lo que él llama “gente sin cultura”, un concepto estático que concierne a la relación inversamente proporcional que existiría en ciertas sociedades (como México, las Filipinas, o los Estados Unidos) entre por un lado la ciudadanía —i.e., el hecho de pertenecer a la cultura hegemónica—, y por otro la visibilidad cultural —i.e., la posesión de una identidad cultural distintiva, en particular asociada a aquellas culturas “no racionales”, no asimiladas (o menos asimiladas) a la civilización que presenta la cultura hegemónica—. Rosaldo comenta esta relación en referencia a la posibilidad de la movilidad social, y dice Es curioso que la movilidad hacia arriba parezca estar en desacuerdo con la identidad cultural distintiva. Uno alcanza la ciudadanía plena en el estado-nación cuando se convierte en una pizarra culturalmente en blanco. (p.185) El autor también trata la categoría de lo que él llama “gente entre culturas”, un concepto en este caso ya más dinámico que muchas veces resulta en un mayor o menor grado de aculturación (o desculturación) —proceso de despojo cultural, que sustrae a los individuos de sus culturas anteriores, y que como resultado los homogeiniza con la cultura hegemónica—, por el cual estos sujetos se ven asimilados como ciudadanos del estado-nación, en una situación de transparencia aparente pero que a su vez los deja como “gente sin cultura” debido a la pérdida de su(s) cultura(s) de origen y la consecuente rendición de sus diferencias. Rosaldo dice al respecto de esta aculturación: Los inmigrantes e individuos con movimiento social se presentan como de cultura invisible porque ya no son lo que fueron y todavía no son lo que pueden ser. (p.192) El texto se pregunta asimismo sobre los métodos del etnógrafo y del analista social, y sobre los lugares de la interpretación. Es interesante ver con Rosaldo cómo y de qué manera la identidad del observador a menudo se invisibiliza, con todo lo que ello implica. En efecto, la práctica y el análisis etnográficos tienden a no asumir el hecho de que las diferencias que hacen aparecer a la cultura estudiada como más o menos visibles al observador son en realidad relativas a i) las prácticas culturales de los mismos etnógrafos (*4) y ii) el (des)balance de poder entre observado y observador