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(*2) Que ya desarrolláramos en nuestra pregunta 12 de esta “Guía”, en la cita (*10). La
referencia es a: Herskovitz, Melville, “El problema del relativismo cultural”; cap. 5 en: El
hombre y sus obras. La ciencia de la Antropología Cultural. FCE, México, 1952/1968. p.77.
(*3) Que ya desarrolláramos en nuestra pregunta 9 de esta “Guía”, por ejemplo tal y como
es definido en la cita (*2) , así como en nuestra pregunta 11, por ejemplo lo argumentado en
la cita (*6) allí. La referencia es a: Chiriguini, María Cristina, y Mariana Mancusi, “El
etnocentrismo: una clase particular de sociocentrismo”. En M. C. Chiriguini (comp.), Apertura
a la Antropología. Alteridad-Cultura-Naturaleza humana. Proyecto Editorial, Buenos Aires,
2006. pp.71-83.
(*4) Herskovitz, Melville, “El problema del relativismo cultural”; cap. 5 en: El hombre y sus
obras. La ciencia de la Antropología Cultural. FCE, México, 1952/1968. p.78.
(*5) Geertz, Clifford, “El impacto del concepto de cultura en el concepto de hombre”. Cap.2
en: Geertz, C., La interpretación de las culturas. Gedisa Editorial, Buenos Aires, 1973. pp.43-
83. En nuestro ensayo de la pregunta #12 de esta “G uía de actividades prácticas” ya nos
hemos referido a varios aspectos del desarrollo argumentativo que Geertz realiza en este
libro.
Aquí, Geertz se refiere brevemente a algunas de las diversas manifestaciones que
este concepto del consensus gentium, o consenso de toda la humanidad, ha tenido en la
Antropología: la idea de un “esquema cultural universal” de Clark Wissler (1920); los “tipos
institucionales universales” de Malinowski (principios de la década de 1940); los “puntos de
referencia invariantes” de Talcot Parsons, Clyde Kluckhohn y O . H. Taylor ( a principios de la
década de 1940); la noción de los “comunes denominadores de la cultura” de G. P. Murdock
(durante la 2da Guerra Mundial, y en el período de postguerra); y el aporte innovador de
Clyde Kluckhohn (en la década de 1960) de que “algunos aspectos de la cultura asumen sus
formas específicas sólo como resultado de accidentes históricos; otros son modelados por
fuerzas que propiamente pueden llamarse universales” (Kroeber, citado por Geertz, op.cit.,
p.47).
(*6) Geertz, op.cit., p.47.
(*7) A continuación de esto, y como una tercera cuestión, Geertz plantea en este desarrollo
la pregunta de si tales supuestos universales deberían tomarse como elementos centrales en
la definición de “hombre”, “o si” —dice— “lo que necesitamos es una concepción de la
humanidad fundada en un común denominador de un orden más bajo” (Geertz, op.cit., p.50)
lo que, básicamente, constituye el nudo central de su argumentación. No desarrollaremos
esta parte de su razonamiento aquí, sin embargo.
(*8) Artículo: Natalio Schmucler, "Cae la nieve". Fuente: Diario Clarín, 1987. En la “Guía de
actividades prácticas” de la Cátedra, pp.19- 20.
(*9) En el epígrafe de la sección I en esta pregunta #15 hemos utilizado la cita completa del
artículo, que dice lo siguiente:
Entonces comprendió que la escuela como institución, la instrucción pública,
no interpretaba la realidad regional del país, en un vigoroso y federalista
intento de superar sus limitaciones, sino que —contrariamente— respondía
a un centralismo ideológico perverso y contumaz.
(*10) En nuestra pregunta #11 de esta “Guía” hablábamos del concepto de “hegemonía”,
que Ariel Gravano define como “la aceptación de una concepción del mundo como propia,