Antropología Cultural y Social Antropología_Cultural_y_Social | Page 53

incorporadas al agente en forma de esquemas de percepción, pensamiento y acción constituyen los habitus). A partir, entonces, del habitus —como estructura generativa que éste es, y debido al hecho de que introduce la dimensión histórica e incorpora el pasado al presente— los sujetos producen sus prácticas. Ahora bien, el conocimiento social no existe sólo en el intelecto y la mente, sino que también se inscribe en lo biológico. Como cada agente social tiene un cuerpo construido (en tanto sus gestos y modos de moverse, etcétera, tienen más de aprendido que de “natural”), es también posible leer —digamos— toda socialización exitosa entonces en ese cuerpo. Sostiene Tenti Fanfani, siguiendo a Bourdieu: El habitus […] es al mismo tiempo hexis (entendida como manera duradera de llevar el cuerpo, de hablar, de caminar, etcétera) y ethos (es decir, maneras de ser o hacer objetivamente sistemáticas). El aprendizaje no reside sólo en la memoria y en la mente, sino también en el cuerpo. En él se inscriben no sólo predisposiciones, sino también valores. Así como existe un lenguaje del cuerpo, actuamos con el cuerpo, y hablamos con el cuerpo. Se puede manifestar respeto, sumisión, humildad, inseguridad o soberbia, dominación, seguridad, orgullo a través del uso del cuerpo. (*15) “La socialización”, afirma Tenti Fanfani, “debería ser vista como el proceso ininterrumpido de creación de habitus”. Nos interesa particularmente destacar la relación de lo cultural con el cuerpo, y cómo lo sociocultural se inscribe en lo biológico, y nos interesa asimismo referirnos en este sentido a lo que hace a las prácticas que conciernen al consumo de alimentos. En lo referente al aspecto simbólico del consumo, podemos una vez más apelar a ciertas nociones elaboradas por Bourdieu, en este caso relacionadas con estéticas de consumo de acuerdo a arreglos de clase. Estas nociones son extremadamente útiles para demostrar que las articulaciones entre lo simbólico y lo económico son muy importantes en la reproducción y la diferenciación social (*16) . Consideremos, por ejemplo, cómo es que las clases burguesa o media en ocasiones llegan incluso a autonomizar la dieta, desvinculando así sus prácticas de consumo de alimentos de las necesidades fisiológicas con las que se relaciona el alimento en sí, y