Antropología Cultural y Social Antropología_Cultural_y_Social | Page 42
sociedad, el encuentro con el otro en los confines del mundo social,
y finalmente el retorno triunfal […]. (*12)
con lo cual se convierte (y se reduce) el objeto de estudio dado “en
un sistema comprensible de intercambios alimentados por prácticas
rituales, políticas, jurídicas, económicas y religiosas”, al decir del
autor, para permitir así la formulación de nociones teóricas (*13) . Esto
es, el investigador trata de aprehender una cultura que no es la
propia, y lo hace transformando —traduciendo— aquello que en
principio es en ella exótico para convertirlo en un sistema —incluso
en un lenguaje, diríamos para continuar la metáfora— que le será
familiar.
Si bien el texto de Hall no refiere a una investigación etnológica
propiamente dicha (ni mucho menos a ningún viaje de investigación
en el que se buscase efectuar un trabajo de campo, claro), vemos
claramente aquí cómo es que antes de lo relatado el autor atraviesa
un lapso de tiempo en el que, se nos dice, buscó penetrar el mundo
cognitivo de los árabes sin mayor éxito. Podemos imaginarnos a Hall
como antropólogo, muñido de todas sus herramientas teóricas —tal
como lo/se describe Da Matta—, y presto así a reducir —como
decíamos antes— su objeto de estudio a “un sistema comprensible de
intercambios” y de prácticas, para comprenderlo. Su experiencia que
aquí se relata casi lo toma desapercibido, pero en ese momento él
tiene la oportunidad de transformar aquello que no comprende (que
antes tampoco había comprendido) y que es para él exótico, en
familiar.
Luego, decíamos, Da Matta identifica una segunda instancia de
transformación —convertir lo familiar en exótico—, en la cual también
es posible pensar en un viaje, aunque muy diferente del anterior:
[…] el viaje es como el del chamán: no se sale del lugar. Y, de
hecho, los viajes chamánicos son viajes verticales (para adentro o
para arriba), mucho más que horizontales como sucede con el viaje
clásico de los héroes Homéricos. Y no es por otra razón que todos
aquellos que realizan viajes para adentro y para arriba son
chamanes, curanderos, profetas, santos y locos, o sea los que de
algún modo se dispusieron a llegar al pozo de su propia cultura.
(*14; nuestro énfasis)
“Como consecuencia”, continúa, “la segunda transformación conduce
igualmente al encuentro con el otro y al extrañamiento”. Por otro