de las causas de ciertas prácticas culturales , así como de la interrelación tanto de agentes como de actores presentes en éstas ) guarda una estrecha relación con las cuestiones de dominación — esto es , la imposición , violenta y con resistencia explícita , de los valores y prácticas de una cultura / grupo sobre otra / o — y de hegemonía — es decir , “ la aceptación de una concepción del mundo como propia , aun cuando resulte contraria a los intereses sociales o de clase de quien la adopta ” (* 11 )—. Por ello , también está estrechamente relacionada con los procesos de confrontación — lo cual constituye una oposición explícita respecto del dominio — y de alternidad — esto es , el juego permanente de oposición que constituye un antagonismo con el poder hegemónico (* 12 ), lo cual puede constituirse como una oposición objetiva pero no declarada respecto al dominio (* 13 ), al decir de Gravano —.
Así , es interesante destacar que , en el sentido de pensar — con una mirada marxista — que “ el conflicto es la base de la cultura ” (* 14 ), Gravano resalta el carácter de “ magma de contradicciones permanentes ” de la cultura y — parafraseando a Voloshinov — destaca la condición de “ arena de luchas ” que ésta tiene . Dice :
[…] la cultura no brinda la imagen de una laguna apacible , sino que se parece más al oleaje permanente de un mar embravecido , a una confrontación permanente , a una lucha por dar , cambiar y reproducir sentidos . Con esto afirmamos que la cultura no responde a un único orden , lógica o sentido , sino que será precisamente el reinado de la diversidad , de la heterogeneidad , por su carácter de magma de contradicciones permanentes y una ‘ arena de luchas ’ ( al decir del semiólogo Valentim Voloshinov ) por dar , compartir o imponer significados . (* 15 )
Entendemos los castigos públicos de las milicias Talibanes en el marco de esta concepción de la cultura como conflicto y lucha , ya que es ésta una clara forma de control impuesta desde el terror — de un modo obviamente coercitivo y , diríamos incluso , hasta contundente — por el grupo dominante que establece así un modelo de comportamiento social deseable . Estar atentos a los problemas del relativismo cultural que apuntamos antes debería ayudarnos a reflexionar críticamente sobre estas prácticas culturales .