Antropología Cultural y Social Antropología_Cultural_y_Social | Page 26
Por otro lado, indica correctamente Gravano, si despojamos a
nuestro objeto de análisis de su determinación histórica y de la
“matriz de contradicciones” del cual deviene, podemos dificultar o
inclusive vedar “la posibilidad de indagar sobre sus agentes y causas
estructurales” (*9) , sobre cuáles son los mandatos y dictados que
“apuntan a la reproducción porque representan intereses que tratan
de imponerse, conservarse, mantenerse” (*10) . El mayor problema
derivado de la invisibilización (o de la plena ignorancia por omisión)
de esa “matriz de contradicciones” que hace a las prácticas culturales
de una sociedad —que hace a la trama de “lo dado” en una cultura,
de aquello que está en ella naturalizado— es que tal ocultamiento
podría sugerir erróneamente que estas prácticas son ahistóricas e
inmodificables.
Con lo cual entonces vemos que el relativismo cultural, desde el
que podemos pensar en un análisis de este caso que nos ocupa,
presenta al menos tres potenciales problemas: en primer lugar, el
problema de la llamada “paradoja del relativismo cultural”, ya que,
como dijimos más arriba, las desigualdades sociales —embozadas en
la tolerancia de ese “otro” cultural, lo cual no es sino algo positivo en
sí— quedan sin embargo peligrosamente invisibilizadas; en segundo
lugar, el problema de desconocer que cualquier tradición es en suma
una construcción —y, ciertamente, una construcción moldeada desde
espacios de poder—, y de que no debemos olvidarnos de ello; y
finalmente, y claramente relacionado con los puntos anteriores, el
problema de que el ignorar u ocultar las contradicciones —con el
consecuente encubrimiento de los agentes y causas, como
explicábamos arriba— podría llevarnos erróneamente a pensar que
las prácticas culturales son ahistóricas y permanentes (en lugar de
estar determinadas históricamente, como es el caso) así como fijas e
inamovibles (y no ya dinámicas y flexibles, como de hecho son en
verdad).
En definitiva, como ya decíamos antes (y lo señalamos una vez más
por su importancia específica en este caso de castigos públicos en el
Afghanistán Talibán), los inconvenientes y problemas del relativismo
cultural están siempre atravesados por la cuestión del poder, por la
cuestión de quién(es) de entre los actores implicados detenta(n) el
poder. A propósito, esta invisibilización de la llamada “matriz de
contradicciones” que señalamos (y la omisión consecuente