Antología EVDA 1 | Page 18

tema( destacamos en este caso el editorial de Ehlers y Carneiro, y el artículo de Underwood y Banyard).
Tras ellas, numerosas publicaciones han profundizado y expandido el pensamiento y las experiencias prácticas sobre los PLE. En 2010 apareció una revista cuyo título hace referencia al tema, el International Journal of Virtual and Personal Learning Environments, aunque con una difusión menor, quizá debido a que no todos sus contenidos tratan el tema y a su precio exorbitante. Aunque el tema de los PLEs había comenzado a aparecer poco a poco en los congresos y reuniones científicas generalistas sobre tecnología educativa, la celebración en 2010 de la primera PLE Conference( http:// pleconf. org) en Barcelona marcó un punto de inflexión permitiendo un foro periódico, dedicado exclusivamente a los PLEs en el que no se tratase el tema de manera periférica a la tecnología educativa, sino como un eje desde el que podrían analizarse otros temas. En las tres ediciones de este congreso( hasta la fecha de edición de este libro) se puede observar una evolución en el tratamiento del concepto y su desarrollo que comentamos a continuación brevemente.
En la primera edición( 2010 en Barcelona, España) las discusiones se centraron en analizar qué es un PLE desde los mismos parámetros del orígen del término. Se discutió intensamente sobre si se trataba de un concepto tecnológico“ o” pedagógico( lo que es evidente en comunicaciones como las de Fiedler y Väljataga1, Fournier y Kop o talleres como el liderado por Reinhart, Couros, Costa y Buchem titulado Collaborative mindmapping of the PLE definition), cuáles eran los componentes del PLE y el papel de las redes sociales en este nuevo marco( como el artículo de White et al., o el taller liderado por Paulo Simoes titulado Twitter- The heart of your PLE) y muchas discusiones sobre si una institución podría o no incluir los PLEs como parte de su estrategia o se entendía que PLE y enseñanza formal eran asuntos irreconciliables( asuntos que tuvieron eco en las dos unkeynotes lideradas por Alec Couros y Graham Attwell, e Ismael Peña- López y Jordi Adell, y en artículos como los de Casquero et al. o el de Santos y Pedro). En la PLE Conference de 2011( Southampton, Reino Unido) se había llegado a muchos acuerdos.
Se hablaba sin complejos de herramientas de PLE institucional entendidas como parte del PLE y de cómo ayudar a los estudiantes a dar forma a sus propios PLEs( evidente en la comunicación de Millard et al., o en la de Conde et al.) y se analizaba con más interés la evolución tecnológica que facilita la gestión de los PLEs – entendiendo que PLE es una perspectiva pedagógica que implica necesariamente a la tecnología –( como en las comunicaciones de Ullmann et al., la de Kroop, o la de Akbari, Herle y Heinen).
Además, en esta edición aparecieron algunas de las últimas aportaciones sobre acrónimos cercanos al PLE( Rubio et el.), se habló sobre competencias de los aprendices y de los enseñantes a la hora de cultivar los PLE( como evidencian las propuestas de Valtonen y Kukkonen, la de Akbari y Thüs, la de Ivanova y Chatti, la de Shaikh y Khoja, la de Simmons y Edirisingha o la de Castañeda, Costa y Torres-Kompen), y aparecieron más propuestas y experiencias de uso de PLEs en cursos formales y no formales( como la experiencia de Torres-Kompen y Edirisingha, la de Tur, la de Marín y de Benito, o la de