EL PLE, UNA IDEA ÚTIL SOBRE CÓMO APRENDEMOS
Se dice que la idea de PLEs se remonta al año 2001 cuando, en el marco del proyecto NIMLE( Northern Ireland Integrated Managed Learning Environment) financiado por el JISC( el Joint Information Systems Committee de la Gran Bretaña), se empieza a desarrollar la idea de un entorno de aprendizaje centrado en el alumno como evolución de los ya por entonces populares entornos virtuales de enseñanza-aprendizaje, centrados en la institución.
Un entorno que pudiera recoger y centralizar recursos de diversas instituciones( Brown 2010). Algunos años más tarde, en 2004, el JISC incluyó una sesión específica en su congreso anual dedicada a entornos telemáticos centrados en el alumno a los que llamaron Personal Learning Environments. Esta fue la primera vez que se usó“ oficialmente” dicho concepto, que posteriormente se generalizó y evolucionó, y cuyo acrónimo usamos en casi todos los idiomas: PLE.
Durante los primeros años coexistieron dos corrientes de pensamiento y estudio en torno a los PLEs. Por un lado, la primera de ellas, heredera directa de las ideas esbozadas en el proyecto NIMLE y en la sesión del Congreso de 2004 del JISC, que los entiende como un artefacto tecnológico y cuyo objetivo es crear y generalizar la mejor herramienta de PLE posible( Wilson, 2005, 2007; Van Harmelen, 2006, 2008; Taraghi et al. 2009; Vavuola y Sharples, 2009; y en nuestro país, Casquero et al., 2008). Por otro, la que entiende que el PLE es una idea pedagógica sobre cómo aprenden las personas con tecnología, respaldada por diversos autores( Attwell, 2007, 2010; Waters, 2008; Downes, 2010, Adell y Castañeda, 2010, entre otros).
Desde aquella primera reunión en 2004 mucho se ha dicho y hecho en torno al tema de los PLEs. A fecha de esta publicación, ya hay una interesante masa crítica de publicaciones en forma de artículos de revistas especializadas( una buena muestra fue recopilada por Buchen, Attwell y Torres-Kompen en 2011).
Sin embargo, el desarrollo de las ideas sobre PLEs es en sí mismo un ejemplo de esa nueva manera de concebir el conocimiento en la red: un proceso colectivo y abierto. Se empezó con debates más o menos informales a nivel global que tuvieron su reflejo sobre todo en foros y blogs, para posteriormente consolidarse en las formas tradicionales de difusión científica: comunicaciones a congresos, artículos en revistas y, ahora, monografías.
Dos de las primeras publicaciones científicas con buen nivel de difusión que dedicaron un monográfico al tema PLE fueron el International Journal of Interactive Learning Enviornments( en mayo de 2008) con una clara tendencia a la descripción técnica de lo que podía configurar un PLE( destacan los artículos de van Harmelen, Wilson y el de Johnson y Liber) y la revista eLearning Papers que, aunque ya en enero de 2007 publicó un artículo especialmente sugerente firmado por Graham Attwell( Attwell, 2007), en julio de 2008 dedicó un número completo en el que se propone una visión más pedagógica del