Antología EVDA 1 | Page 16

seguíamos aprendiendo fuera de él . No obstante , con la llegada de Internet , las tecnologías de la llamada Web 2.0 y la popularización del acceso móvil a la información las cosas han cambiado . Nos encontramos en una era educativa que Weller ( 2011 ) llama “ de la abundancia ”.
Ahora podemos acceder de forma rápida y sencilla a toda la información que constituía en otros momentos el grueso de la educación escolar ( los contenidos ) y además podemos comentarla , recrearla y debatirla con otras personas . La información a la que tenemos acceso se ha multiplicado por varios órdenes de magnitud . Casi todo lo que nos pueda interesar está a distancia de un clic .
Podemos acceder a una ingente cantidad de información , recursos y conversación sobre casi cualquier cosa , proveniente de fuentes diversas , con perspectivas heterogéneas y orí- genes múltiples , en una extraordinaria variedad de formatos . Podemos hacer que toda esta información llegue a nosotros tamizada por una gran cantidad de filtros y que nos sea “ servida ” a la hora que mejor nos convenga , en el dispositivo , idioma , forma y lugar que elijamos .
Eso significa que las experiencias , intercambios , actividades a las que nos ha acercado el uso de las tecnologías ha multiplicado , diversificado y personalizado de manera extraordinaria nuestro entorno para aprender , al punto que los entornos de aprendizaje centralizados y comunes a todos nos parecen insuficientes y empobrecedores .
Algunos autores , Collins y Halverson ( 2010 ) por ejemplo , afirman que existen aspectos incompatibles entre la sociedad que aprende con tecnologías y la sociedad que aprende exclusivamente con los medios tradicionales de la escuela : el aprendizaje igual para todos frente a la posibilidad – y necesidad – de personalización , la noción del profesor como experto único y fuente clave de toda información válida y relevante , frente a la proliferación de fuentes de información diversas , la obsesión por una evaluación estandarizada frente a la necesidad de evaluaciones especializadas que respondan a la personalización de la que hablábamos antes , la creencia de que el conocimiento radica en la cabeza de las personas frente a la evidencia de que el conocimiento depende de recursos externos con los que establecemos relaciones , la visión del conocimiento relevante como algo que se adquiere en su totalidad o en gran parte en una institución o de cierto tipo de fuentes de información frente a la explosión y fragmentación del conocimiento en los soportes digitales y en red y , finalmente , el cambio de paradigma de trabajo , desde una pedagogía que cree en el aprendizaje por exposición a la información a una que pone el énfasis en aprender haciendo y , sobre todo , en aprender a aprender para poder seguir aprendiendo a lo largo de toda la vida .
En este marco , es coherente que haya aumentado notablemente la preocupación por los procesos que están en la base del aprendizaje , dentro y fuera de las aulas .
El entorno natural de nuestras interacciones se ha expandido a la red de información que hemos tejido globalmente en las últimas décadas . Y es aquí , en esta nueva realidad , donde aparece el interés por el estudio de los PLEs .