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LAURA ELENA MARTÍNEZ SALVADOR
Revalorización de cultivos nativos en la búsqueda de la seguridad alimentaria
Aún cuando la producción mundial de cereales tales como el amaranto va
en aumento sólo un grupo reducido de países se dedica al cultivo y producción
de este grano: China, India, Nepal, Kenya, México, Perú, EE. UU y Rusia
(Bale y Kauffman, 1992 en Ayala et al., 2012).
En México, a fechas de 2013, se sembraron 3,729 ha de amaranto y se
cultivaron 4,618 toneladas, lo que a un precio medio rural de más de 11 mil
pesos la tonelada (promedio nacional) representó más de 52 mil millones de
pesos en valor de la producción del grano para el periodo agrícola de 2013
(SIACON, 2013).
Los estados que más peso tienen en el Volumen de Producción de amaranto
en México son Puebla y Tlaxcala, demarcaciones que en conjunto contribuyen
con el 85.2% de la producción total nacional. De forma más específica se
puede ver que la producción de amaranto se distribuye a nivel nacional de la
siguiente manera para 2012 y 2013: Puebla: (67%) 46.4%, Tlaxcala: (12%)
38.8%, Estado de México: (8%) 6.6%, Ciudad de México: (4%) 3.49%,
Morelos: (9%) 3%, resto del país que incluye a Oaxaca y San Luis Potosí:
(0%) 2% (SIACON, 2013). Tanto la superficie sembrada como la producción
de amaranto ha mostrado un marcado aumento en las últimas dos décadas
(1994 a 2013) con tasas de crecimiento media anual del 8.1% en la superficie
sembrada y del 8.4% en el volumen de la producción (SIACON, 2013).
El valor de la producción de amaranto en México es resultado del volumen
de producción por el precio medio rural del cultivo para cada periodo agrícola.
Ejemplo de lo anterior es que el PMR llegó a los $11,296 pesos por tonelada
promedio nacional para el año agrícola de 2013 (aunque para el caso de la
CDMX éste alcanzó los $22,500 pesos por tonelada para el mismo periodo
agrícola) mientras que el valor de la producción alcanzó los $52,163211 pesos
(SIACON, 2013). El precio medio rural del amaranto puede ser un incentivo
a la producción del mismo debido a que éste supera los precios pagados por
tonelada de los cultivos más comunes a nivel nacional siendo hasta 2.9 veces
más alto que el precio medio rural del arroz, 2.7 más que el maíz y 3.04 más
que el trigo (SIACON, 2013).
En lo que se refiere a la balanza comercial de este cultivo en México es
otro elemento de sumo interés debido a que, en 2013, mostró un claro superávit
de poco más de 57 mil dólares, debido a que las exportaciones alcanzaron las
37 toneladas. Este nivel de exportación se debe en gran parte al interés que
los mercados naturistas norteamericano y europeo han mostrado en fechas
recientes, siendo estos los principales demandantes de las exportaciones de
amaranto hechas por México (SIAP, 2013 [2014]).