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MARÍA GUADALUPE OCAMPO GUZMÁN
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SALOMÓN JUAN URBINA LÓPEZ
Estrategias para garantizar la seguridad alimentaria en la región Altos de Chiapas
la producción local y con ello garantizar a mediano plazo que cada país sea
capaz de tener la suficiente cantidad de alimentos que la población demanda
(Rubio, 2012:37-38). Ello implica que la seguridad alimentaria no sólo debe
garantizar el acceso a los alimentos sino también garantizar la producción
nacional y local de alimentos.
Sin embargo, la seguridad alimentaria en México sigue teniendo como
propósito primordial atender el acceso a los alimentos a través del “abasto
oportuno, suficiente e incluyente de alimentos a la población” (Cámara de
Diputados, 2012:3). Es decir, “México se abastece de alimentos baratos
para satisfacer la demanda de una población pobre, en cantidad suficiente
y a precios relativamente bajos…” (Appendini, et al., 2012:73). Alimentos
que provienen principalmente de las importaciones. De ahí que el Estado ha
generado mecanismos para suministrar alimentos sobre todo a la población
más pobre del país a través de programas sociales de corte asistencialista,
pero no ha establecido una estrategia nacional que impulse la producción de
alimentos básicos agrícolas que coadyuve a la seguridad alimentaria.
2. Rasgos del modelo agrícola actual
En México, la década de los ochenta marcó la ruptura con respecto a la estrategia
de productividad del campo bajo un modelo de desarrollo económico sustentado
en la protección del mercado interno, y dio paso al modelo de economía abierta
que implicó un intenso proceso de desregularización, privatización y liberación
de la economía, y ha tenido impactos negativos en el sector agropecuario
(Torres, 2014:73). Las reformas estructurales y las políticas de liberalización
de la economía 3 transformaron drásticamente la estructura y las condiciones
de producción del sector agropecuario en general e impulsaron el crecimiento
de “la agricultura productivista, que se caracteriza por la especialización, la
intensificación y la concentración económica” (Allen, 2013:135).
Este proceso repercutió de manera diferenciada en los diversos grupos de
productores agropecuarios. Favoreció principalmente a los grandes productores
de frutas y hortalizas, orientados al mercado internacional, considerados
competitivos, y a los que se otorgó el apoyo del presupuesto público, mientras
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Reformas que implicaron acciones como la cancelación de los subsidios a la producción agrícola,
desmantelamiento de las paraestatales, disminución de los créditos destinados a la producción,
desaparición de los precios de garantía a los productores del campo para garantizar la autosuficiencia
alimentaria, reforma del Artículo 27 Constitucional, firma del Tratado de Libre Comercio con
América del Norte, entre otras.