AMER Mexico Rural Tomo III AMER Mexico Rural Tomo III | Page 45

38 ELIZABET CARIÑO IBARRA l IGNACIO OCAMPO FLETES ZENÓN GERARDO LÓPEZ TECPOYOTL l RICARDO PÉREZ AVILÉS l La construcción territorial de la seguridad alimentaria en comunidades de la mixteca poblana tierra es restringido, las UD que siembran en parcela suman 165.8 hectáreas entre propiedad privada (52%), ejidal (43%) y comunal (5%). Cultivan en promedio 2.6 ha por UD. La reducción de hectáreas sembradas en la zona, ha sido descrita por Nava y Marroni (2003: 661 y 662), que señalan que por la escasez de mano de obra hay una disminución, suspensión o abandono de la actividad agropecuaria. El 12% de la superficie que se siembra en la microrregión se hace mediante tratos agrarios cómo: “a medias”, “renta” y “préstamo”. A decir de diversos autores los tratos agrarios en la región se intensifican por la falta de mano de obra y debido a que los migrantes dejan la tierra (López, 2001; Nava y Marroni, 2003). Con estos arreglos locales se maximiza el uso de la tierra y la producción de alimentos, evidenciando la importancia de la agricultura, más allá de la rentabilidad económica. El maíz, es el alimento básico, y es asociado con frijol y/o calabaza, produciendo para autoconsumo y en poca cantidad se destina para la venta ante la presencia de excedentes o como estrategia para disponer de recursos económicos en épocas de mayor gasto de las familias: venden maíz cuando existe excedente y hay necesidad económica, y comprar el grano cuando se necesita y se dispone de dinero. Los rendimientos del maíz son bajos, en promedio 393.4 kg/ha, con producciones variables entre 50 kg hasta las 2.0 t/ha, de ahí que se dispone del grano desde uno hasta 12 meses. En promedio alcanza para cubrir las necesidades alimenticias para ocho meses. De los entr evistados, 65% acceden en promedio a 95 kg de frijol, que consumen alrededor de nueve meses. Otro cultivo de importancia es la calabaza, de la que se aprovecha principalmente la semilla y la pulpa es alimento para el ganado. Para la seguridad alimentaria, la autoproducción de maíz y frijol representa cubrir preferencias culturales, al obtener mejor calidad de alimentos (sabor, cocción, etc.), son alimentos seguros adaptados a las condiciones locales, se aprovecha la tierra, es complemento alimenticio para el ganado y asegura el consumo de granos básicos ante cambios en los ingresos monetarios (Appendini y De Luca, 2006: 28 y 29). Los granos básicos autoproducidos, funcionan como apoyo alimentario. Los hijos dan parte de esta producción a sus padres porque éstos últimos no siembran o no cuentan con suficiente producción. La obtención de ingresos agrícolas es limitada. El cacahuate cultivado en extensiones de alrededor de una hectárea, provee a 18 UD, algunos ingresos