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VERÓNICA RODRÍGUEZ CABRERA
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JOSÉ JAVIER MAISTERRENA ZUBIRÁN
Introducción. De flujos, organización y transformaciones en el campo mexicano
por replicar (a imagen y semejanza) actitudes, formas de incidencia y toma
de decisiones que se asemejan a las de los gobiernos, como si fueran ellas
mismas Estado. En este sentido, se debate sobre las tensiones que produce
ocupar este lugar intermedio; como es, adoptar una actitud de participación
activa, cuya lógica se basa en la buena-voluntad por ayudar a los más pobres,
que puede terminar entendiéndose como mesiánica; buscar formas de lucha,
que aunque se plantean desde otra filosofía y a través de vías alternativas,
generalmente se reducen al ámbito legal; plantear metas y alcances de acuerdo
a las necesidades e intentar incidir en las medidas, normas y decisiones del
gobierno, entre otros. En esta disyuntiva, el autor nos habla de las bondades y
los logros de las ONG, las cuales define como fundamentales, para la defensa
del maíz nativo, para impactar en la vida cotidiana de la gente, así como para
fortalecer los procesos comunitarios y el te jido social dentro de las comunidades
indígenas y campesinas.
El texto de Nayely Melina Reyes Mendoza y Juan Carlos Mijangos Noh,
“Marco de acción para la emancipación: educación no formal y participación
comunitaria en una localidad maya de Yucatán”, deja entrever la relevancia
que tiene para los autores la participación comunitaria en lo que denominan
educación no formal. Este sin duda es un tema espinoso, sobre todo cuando el
tema de la evaluación en los procesos educativos se encuentra en disputa con el
Estado, quien asume el papel de agente regulador y cuya política homogénea
privilegia los resultados cuyos estándares corresponden a realidades muy
distintas a las que prevalecen en las comunidades. Bajo dicha lógica este
artículo resulta asunto de otra materia, de aquello que para muchos no alcanza
la categoría de educación, pero que para el autor pareciera ser un proceso
democrático y democratizador, en donde la educación no formal tiene efectos
positivos, permite la participación y es liberadora.
El texto de Silvana Girardo, “Transformarse para transformar: repercusiones
de una experiencia de educación no formal en un grupo de campesinos de
Morelos”, nos comparte asimismo una experiencia educativa no formal que
parece favorecer la capacidad de agencia y la modificación de ciertos hábitos
y prácticas. Desde su punto de vista, en el ejercicio de analizar la emergencia
de una “conciencia ecológica” en un grupo de campesinos, la educación juega
un rol fundamental (más no único o suficiente). Como propuesta ella alude
a la “formación” que contribuya a hacer individuos reflexivos, autónomos y
críticos, con capacidad para participar en la vida pública y para desenvolverse
y alcanzar logros en la esfera privada. Subraya que esa formación valora las
experiencias desestabilizadoras cuando se pone a los sujetos en situaciones