AMER Mexico Rural Tomo II AMER Mexico Rural Tomo II | Page 166

GISELA LANDÁZURI BENÍTEZ Escribir un libro desde, con y para los atlapulquenses olvidado los saberes de la chinampería que les fueron enseñados de generación en generación, al contrario, los han retomado y han actualizado la forma en la que cultivan incorporando nuevas técnicas, a la par de tecnologías que facilitan su labor; por ejemplo, las motobombas para el riego, ante la reducción del nivel de agua en los canales, el uso de mallas y viveros para proteger las plantas de las inclemencias del clima y las germinadoras en lugar de chapines. En esta tesitura, Olivares (2014:2), al comentar el libro señala el alcance del referido texto: no trata únicamente de describir nostálgicamente o monográficamente el pasado de los pueblos originarios, en este caso del Pueblo originario de Atlapulco, lo que eran y lo que perdieron, sino lo que pueden llegar a ser en la revitalización de la identidad y la reinvención del territorio, en un análisis de sus prácticas cotidianas, problemáticas y los múltiples retos políticos, sociales, económicos, ambientales y culturales a los que se enfrentan para permanecer en la gran urbe. Este tipo de reflexiones, son limitadas en los métodos de investigación académicos clásicos que se apoyan en la entrevista, la revisión bibliográfica y la observación. La problemática y las soluciones futuras, se piensan desde el lugar del investigador, y sobre todo la huella del proceso de indagación sobre los locales es mucho más limitada. Una de las mayores afrentas actuales es la ciudad, la que les ha arrebatado su agua, su tierra y ha transformado su paisaje. Los testimonios narrativos y visuales buscan convencer a los lectores de la amenaza que esto les representa y la necesidad de fortalecer sus relaciones sociales, su organización comunitaria para hacerles contrapeso. Algunas voces también aclaman que se conserve el conocimiento en torno a la chinampa y que los niños lo aprendan. La reconstrucción histórico-espacial permite que a nivel intergeneracional todos converjan en reconocer ese espacio como un elemento de unidad, con su patrimonio cultural y natural, sus dinámicas sociales y las transformaciones que sostienen su cultura y su identidad. ¿Cómo construir una nueva representación de sí mismos que integre lo que se ha sido con lo que se proyecta ser? Como dice Olivares, se trata de un proceso que compite con la permanencia rural y cultural de los pueblos: “una propuesta sobre cómo entender las expresiones cultura y permanencia de los Pueblos, en un proceso de adaptación- apropiación de lo urbano en constante confrontación, negociación y resistencia frente a la ciudad” (Olivares, 2014:3). 159