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118 SILVANA GIRARDO La emergencia de una “conciencia ecológica” en un grupo de campesinos de Morelos Ya mirando cómo están las cosas ya es cuando les va entrando la espinita (Ema, 48 años. Lorenzo Vázquez, octubre 2012). Sí, nos han dicho que si queremos hacer algo por nuestra comunidad, pero ahí la gente es muy, como le digo, no creen. Si les decimos que vamos a bajar un recurso por medio de la organización, pues no creen. Porque ahí sólo que sea el ayudante [municipal], o el comisario. Pero nosotros, como ven que somos de ahí de la comunidad dicen “¿y este qué?” (Modesto, 49 años. Nepopualco, mayo 2015). El reconocimiento de estas diferencias con los pares de la comunidad es parte de un proceso reflexivo por el cual los sujetos advierten sus propios aprendizajes y cambios, en contraste con los otros. Esto refuerza una identidad de grupo caracterizada por compartir valores y prácticas “agroecológicas”, y da cuenta de que el programa ha repercutido en ellos favoreciendo cambios en sus creencias y actitudes. Sin embargo, haciendo un balance, las repercusiones a nivel comunitario han sido incipientes y es necesario evidenciarlas en el marco de las tensiones y factores presentes en el contexto organizacional y socio- cultural. Por ejemplo, ciertos rasgos arraigados en las comunidades, como la presencia de roles de género estereotipados que ponen en desventaja a la mujer, las resistencias a incorporar lo diferente, la apatía por los asuntos públicos, la religiosidad (idea de la espera pasiva y provisión divina), son aspectos que condicionan la autodeterminación y la confianza de las personas en las propias capacidades para transformar su realidad; y han condicionado el impacto a nivel comunitario (sumar más personas a las acciones productivas, organizarse para emprender acciones colectivas en la solución de algún problema común, ampliar las redes de producción y comercialización). 7. Factores que operan en el proceso formativo, favoreciendo u obstaculizando el despliegue de capacidades El proceso formativo se ha visto atravesado por factores favorecedores. Los métodos participativos empleados, principalmente el denominado “De Campesino a campesino”, ha permitido el intercambio entre pares y el aprendizaje en la práctica. Así también, los espacios de diálogo y evaluación participativa (talleres) ofrecieron a los sujetos la posibilidad de dar cuenta discursivamente de la experiencia vivida y reconocer aciertos y errores, constituyéndose como instancias metacognitivas momentos, de alto valor formativo. Por su parte, el rol asumido por los facilitadores de las instancias