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116 SILVANA GIRARDO La emergencia de una “conciencia ecológica” en un grupo de campesinos de Morelos […] anteriormente yo no tenía el hábito de sembrar un pápalo, un cilantro, un rábano, cosa que ahora, con lo de las APCIS sí. Tomamos el Diplomado de Agricultura y yo no tenía esos hábitos […] porque yo antes me dedicaba al negocio de la papelería; mi vida dio así un giro, y lo dio muy rápido. Para mí sí es una experiencia pues rica, bonita, y mi hábito es de seguir aprendiendo […] (Virginia, 34 años. Col. Ángel Bocanegra, 2012). También mencionaron haber puesto en práctica alguna de las técnicas ecológicas (ecotecnias) aprendidas, como la instalación de filtros de aguas jabonosas y su reutilización para riego; la construcción de estufas ahorradoras de leña; la instalación de camas biointensivas para huertos; la construcción de cisternas de ferrocemento, entre otras. En el caso de los que ya realizaban alguna actividad agropecuaria, el aprendizaje de nuevas técnicas y procedimientos ha significado mejoras y beneficios en sus labores. El empleo de abonos e plaguicidas orgánicos que ellos mismos elaboran, por ejemplo, representa un ahorro, al no tener que comprar agroquímicos, y brinda satisfacción al saber que están preservando la calidad del suelo y de sus cultivos. Quienes criaban animales se han visto beneficiados al implementar técnicas naturales para tratar y prevenir enfermedades, ahorrándose así las medicinas y aprovechando los recursos disponibles (hierbas, flores, medicinas caseras). Otras personas señalaron haber aprendido a agregar valor a sus productos, y que ello les ha permitido vender a un mejor precio. Antes ocupábamos químicos, ahora nuestras plantas y cultivos les echamos nuestro abono orgánico. Y es útil por el dinero que ahorras […] Por otro lado me ayuda porque siento que ayudo al planeta tierra, a reciclar. Para que no dejemos a nuestros hijos el plantea con tanta contaminación (Modesto, 48 años. Nepopualco, octubre, 2012). Los sujetos reconocieron asimismo haber modificado hábitos cotidianos, que se manifiestan en el espacio doméstico: separar los residuos y reutilizarlos para abonar la tierra o para producir composta (en lugar de quemarlos o desecharlos); elaborar y usar fertilizantes y plaguicidas orgánicos (en lugar de químicos); realizar algunas prácticas de conservación de suelo, como la rotación de cultivos, el chapeo sin herbicidas, la construcción de caracoles para retener agua y suelo durante la temporada de lluvias, entre otras. También el empleo de hierbas y otros productos locales y regionales para uso medicinal y cuidado de la salud.