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NAYELY MELINA REYES MENDOZA l JUAN CARLOS MIJANGOS NOH
Marco de acción para la emancipación: educación no formal y participación comunitaria
superar el analfabetismo y los déficits educativos generados por el Estado;
consolidación de una biblioteca junto con los grupos de madres de primaria
para los estudiantes de la comunidad; participación de alumnos de secundaria
en un proyecto que permita la reconstrucción de la historia de la comunidad;
creación de un espacio de interpretación etnoecológica enfocado en difundir
las propiedades, características, usos y beneficios de plantas nativas de la
región; la promoción de diálogos respecto de una amplia variedad de temas
relevantes para los pobladores; la construcción de un centro comunitario
que brinde acceso a Internet y provea de materiales, asesoría y espacios para
integrar un grupo de estudiantes de preparatoria; y otras iniciativas que aún
se encuentran en construcción por parte de los pobladores de la comunidad.
Después de enumerar las acciones iniciadas toca el turno de explicar,
¿quiénes han participado? Cabe aclarar que no han sido pocos, en nuestros
recuentos más recientes hemos contado a más de 52 estudiantes y académicos
externos a Canicab y a más de 150 personas de la comunidad, entre ancianos,
adultos y niños. Considerando el total de la población, esta cifra es significativa.
Es parte inmanente de nuestra investigación-acción resignificar una relación
de lo que implica la constitución de un elemento crítico en la educación no
formal. Es decir, nos planteamos cómo es posible pensar la investigación y
la acción como actos de resistencia frente a ciertas formas de instrucción que
tratan de reproducir un sistema hegemónico y unos seres humanos dominados.
Ponemos en práctica, no sin contradicciones y contratiempos, el supuesto
de que es posible una transformación por medio de ejercicios renovadores e
innovadores que de alguna forma posibiliten la formación de unas personas
con mayores capacidades creativas, tanto en el campo social como cultural y
político. Esto coincide con lo presentado por Gallego y Barragán (2007: 36).
Por ello, consideramos como participantes del estudio a todas las personas de
la comunidad de Canicab que deseaban o desean desempeñar un papel activo
en la mejora de la calidad educativa desde el ámbito no formal que se plantea
al margen del Estado. La respuesta hasta el momento parece favorable y nos
ha dejado estos aprendizajes:
1. En cada una de las acciones emprendidas se ha dado un proceso de
reflexión que tiene como denominador común el reconocimiento de los
habitantes de la comunidad de que las mismas acciones son generadas
ante la incapacidad del Estado de responder de manera eficaz en el
cumplimiento de los derechos de la población. En palabras de un vecino
durante su participación en los diálogos sobre educación y comunicación
de los pueblos originarios: “Est