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ROSALÍA VÁZQUEZ TORÍZ
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YAREHD CAPORAL G.
La agricultura urbana como espacio de recuperación y resignificación del modo de vida campesino
Más que hombre de maíz, los mesoamericanos somos gente de milpa. Es la
nuestra una cultura ancestral cimentada en la domesticación de diversas plantas
como maíz, frijol, chile, tomatillo y calabaza que se siembran entreveradas
en parcelas con cercos de magueyes o nopales, donde a veces también crecen
ciruelos, guayabos o capulines silvestres y donde se recogen quelites. Milpas
que junto con las huertas de hortalizas y de frutales, con los animales de
traspatio y con la caza la pesca y la recolección, sustentan la buena vida
campesina (Bartra, 2009:42).
Así, la agricultura urbana y periurbana de base campesina sería parte de
lo existente, que aunque latente o invisibilizado, forma parte de los recursos
que la población está recuperando o potenciando para ejercer su derecho a la
ciudad y resistir un proceso vertiginoso de recomposici ón en el que la vida
y sus medios para sostenerla, como los alimentos, el aire y el agua, se han
mercantilizado.
2. Agricultura Urbana y Periurbana en Puebla:
un campo de posibilidades
En el estado de Puebla la agricultura urbana y periurbana tiene diferentes
manifestaciones y formas de practicarla. Su potencial transformador y de
ejercicio del derecho a la ciudad está muy ligado al tipo de actores que la
desarrollan o la impulsan. Dependiendo de quien la practique o fomente
(instituciones estatales, organismos privados y colectivos de la sociedad
civil), podría ser reconocida como un espacio de resistencia, en el que los
actores sociales que en ella se involucran, vierten sus deseos, necesidades y
derechos, o como un espacio que ha sido institucionalizado en el que sólo se
le vea como una alternativa tecnológica o productiva. 5
En el mes de diciembre de 2013, el Congreso del Estado reconoció bajo la consideración de que
“la agricultura urbana es una respuesta a las limitantes de la agricultura tradicional” o que “implica
una gran oportunidad para generar autoempleos, aumentar la disponibilidad de alimentos en las
familias con mayores necesidades, mediante la autoproducción en pequeños espacios tecnificados
para mejor su alimentación”, aprobó la expedición de la Ley de Agricultura Urbana para el Estado
de Puebla en la que se la entiende como “la práctica ecológica orientada al cultivo de la producción
agrícola de alimentos en general, así como medicinales, aromáticas u ornamentales, de manera
limpia, ecológica y sostenible dentro de las áreas urbanas y periurbanas” (Congreso del Estado
de Puebla, 2013:3).
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