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SONIA COMBONI SALINAS • JOSÉ MANUEL JUÁREZ NÚÑEZ La interculturalidad y el diálogo de saberes
interculturalidad , logrando empujar cambios institucionales a nivel nacional e internacional , y a través de algunos organismos que han tomado este concepto dentro de sus discursos .
Desde esta realidad el concepto vuelve al debate , pues los sistemas de poder y las necesidades de crecimiento y desarrollo de la sociedad neoliberal han ligado la idea de interculturalidad a los diseños globales de poder capital y mercado , a tal grado que es un término cada vez más usado dentro de los discursos , políticas y estrategias de corte multicultural-neoliberal , a lo cual se define como interculturalidad funcional ( Walsh , 2009 ). Así , desde las instituciones gubernamentales de distintos países , hasta los organismos multilaterales como el Banco Mundial , el BID , el PNUD , la UNESCO , entre otros , el término intercultural es usado para diseñar políticas de “ desarrollo ” para los indígenas .
Como lo señala Walsh ( 2009 ), más allá del reconocimiento a la diversidad , la interculturalidad funcional resulta en una estrategia que pretende incluir a los excluidos a una sociedad globalizada que no se rige por la gente , sino por los intereses del mercado . Estas posturas asumen al diálogo intercultural como una utopía , sin cuestionar las relaciones de poder y dominio que hay entre los pueblos y las culturas que se expresan en la asimetría . Parte de una retórica que institucionaliza las diferencias permitidas , las “ diferencias culturales oficiales ” relacionadas con una diferencia colonial no-superada , tomando al ‘ otro ’ en su versión folclórica , neutralizada . Resulta de una relación de fuerza en donde el Estado domina la lucha por la clasificación . Esta noción de la interculturalidad se reduce a una actitud , de abrirse y aceptar al otro , sin tener en cuenta las relaciones de poder que condicionan las relaciones entre culturas . Y es justamente ahí donde radica el punto de partida y vuelta al debate de la interculturalidad , teniendo su punto de ruptura entre cuestionar o no las relaciones de poder , entre buscar mantenerlas intactas o en luchar por su transformación hacia una relación más equitativa .
En este contexto cobran sentido las demandas relacionadas con la preservación de la cultura , la lengua , las costumbres , las tradiciones y los sistemas normativos propios de los pueblos originarios que no deben ser interpretadas como un signo de conservadurismo y de resistencia al cambio . La situación es al revés , lo que se demanda es que todo el aporte cultural no se siga considerando solo como asunto de folklore , sino como expresión de las culturas vivas y ricas en manifestaciones . Es la búsqueda del reconocimiento de la cultura con el mismo estatus que se otorga a las demás .