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CAROLINA PELÁEZ GONZÁLEZ
La pesca como estrategia de vida en tres generaciones de pescadores de camarón
El recordar el origen de pobreza de los pescadores permite comprender la
relevancia que adquiría poder conseguir una plaza, el oficio se convertía en un
trabajo seguro. Entre las narraciones de la primera y la segunda generación se
puede observar que algunos pescadores pertenecientes de la segunda cohorte, al
incorporarse en los últimos años de la organización cooperativa, vivieron este
momento como “pescadores libres” y otros eran socios de cooperativas. Ambos
tipo de pescadores vivieron el proceso de privatización, donde algunos lograron
convertirse en patrón y otros incluso bajaron de puesto sin la protección de la
cooperativa. Al desmoronarse el tipo de protección que garantizaba el puesto
dentro de la cooperativa, el funcionamiento de las redes familiares dentro de
la pesca se modificó. Permaneció pero de una forma distinta.
El regreso de los armadores durante la década del noventa trajo como
consecuencia cambios en la forma en que se establecían las relaciones laborales.
La relación entre el individuo y la cooperativa donde la familia hacía el papel
de mediadora dejo de operar y la figura del pescador libre desapareció al
desmoronarse las cooperativas. Con la vuelta en escena de los empresarios
a la industria pesquera durante la década del noventa, el principal cambio en
términos de relaciones laborales fueron las nuevas formas de contratación,
donde el status del patrón y el motorista se intensificó; es decir, no hubo
cambios en la estructura de las jerarquías dentro del barco, sino adquirieron
una mayor relevancia las dos posiciones más altas a las que se puede aspirar
dentro del buque.
Si bien, estas posiciones siempre han sido importantes desde el inicio
de la pesca industrial, especialmente la posición del patrón que representa la
experiencia y los conocimientos acumulados sobre la pesca, la pertenencia a la
cooperativa brindaba también un sentimiento de status aunque no se ocuparan
otras posiciones entre los miembros. Con la salida de las cooperativas el patrón
se convirtió en el vínculo de contratación con el armador.
Hoy en día, el capitán del barco es el encargado de seleccionar el pavo, los
marineros y el cocinero. Durante la época de las cooperativas, el patrón también
seleccionaba a su tripulación pero la cooperativa se encargaba de que todos
los miembros ocuparan un lugar. En la actualidad el vínculo con el empresario
dueño de la embarcación es el capitán. Para el caso del motorista también es
seleccionado directamente por el armador; teniendo éste la posibilidad de
elegir a su ayudante. Esto genera una nueva forma de subcontratación donde
el patrón se vuelve el principal mediador.
La cooperativa estaba conformada por diversas familias o amigos que
permitían el acceso para diferentes individuos. La centralidad que adquiere