CAROLINA PELÁEZ GONZÁLEZ La pesca como estrategia de vida en tres generaciones de pescadores de camarón
121 posición de pescador libre. Para algunos de ellos, la caída de las cooperativas representó una oportunidad para escalar cuando los armadores regresaron a la escena de la pesca del camarón. Otros perciben que aun siendo pescadores libres el pago era mejor cuando trabajaban para las cooperativas:
Iba entrar a 6 º… no, a 5 º de primaria pero me salí porque me quedaba muy lejos la escuela. Me levantaba en la mañana, tenía que ordeñar las vacas de mi abuela, y luego llegó mi tío y me dijo“ vámonos( a pescar)”. En aquel tiempo eran cooperativas, había más chance de trabajar. Ya a los dos o tres años que entré a la cooperativa la empezaron a vender. Y ya, se acabó la cooperativa y me quedé aquí, sin escuela y sin nada. Ahorita me pesa. Digo, mínimo hubiera salido de la primaria o de la secundaria, pero también que voy a hacer allá en el rancho( Angostura). Mis tíos ya se habían venido de 13-14 años, ellos si alcanzaron a entrar en la cooperativa y ser dueños de barcos. Mi papá murió a los 23 años, yo tenía 24 días de nacido y ya quedé sin papá yo, y me fui con mi mamá a vivir a ese rancho. Era una casa no‘ más en la soledad, no había nada, sacábamos agua del pozo y un solar. Mi padre era pescador pero se mató en un accidente.-Me decías que antes era más duros con los pavos que ahora, ¿ a qué crees que se deba ese cambio? Que antes eran los dueños de los barcos, antes el patrón era el dueño, el motorista era el dueño, el marinero era dueño, todos eran dueños, entonces el pavo era el único que era libre, entonces lo trataban mal … tú como marinero y si otros morros( personas) eran más vivos que tú y el marinero ahí si va pa’ abajo no lo dejaban que subiera pues porque te iba a quitar el puesto( pescador segunda generación, 2014).
Las narraciones de la primera y segunda generación permiten comprender la membresía a la cooperativa como un elemento identitario que otorgaba pertenencia al gremio pequero. La exclusividad para la pesca del camarón y el otorgamiento de las embarcaciones generaron una relación con el trabajo bajo un sentido de propiedad sobre los recursos, es decir: el camarón y los barcos. Esto se expresaba a través de dos aspectos: primero, la división de los pescadores libres y socios, como un mecanismo que otorgaba status a partir del goce de beneficios de forma diferenciada.
Este mecanismo se enlazaba con la temporalidad de permanencia de una posición a otra dentro del barco, lo que al mismo tiempo generó una percepción sobre el aprendizaje y el tiempo que debía durar el proceso de adquisición de conocimientos dentro del barco. La adquisición de una plaza significa tener seguro un puesto dentro del barco, decisión que pasaba por los directivos de cada cooperativa, lo que otorgaba la certeza de permanencia dentro de la organización, así como la posibilidad de incorporar en un futuro a algún familiar.