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120 CAROLINA PELÁEZ GONZÁLEZ La pesca como estrategia de vida en tres generaciones de pescadores de camarón ser miembro y, para ello, las relaciones familiares con pescadores socios de una cooperativa era, la mayoría de las veces, un requisito indispensable. Lo anterior permite reflexionar sobre cómo el oficio se fue estructurando a partir de vínculos cercanos entre los individuos. La cooperativa brindaba un status diferenciado a través de su membresía, que fue posible gracias a una Ley de Pesca que decretaba a la figura cooperativa como la forma de organización del sector para la explotación del camarón en el país. La interacción de factores sociales y culturales, como son las redes familiares, en asociación con factores de tipo político, a través de las decisiones del Estado sobre el ordenamiento pesquero, coadyuvó a gestionar un proceso de incorporación al oficio donde se reproducían diversas jerarquías en la organización, las cuales se extendían al barco a través de la figura del pavo. En este sentido, la figura del pavo implicaba una posición inferior tanto dentro del barco como en la estructura organizativa del gremio. Este status diferenciado intragremio es un elemento central para comprender el oficio porque permite observar el vínculo entre relaciones informales, en la que opera principalmente la familia como una institución central, y relaciones formales a partir de la vía del Estado por medio de las políticas pesqueras. Abbott (1988) señala que este anclaje entre estructuras formales e informales es un elemento constitutivo de las ocupaciones, en la medida que hace posible establecer el vínculo entre factores de diverso tipo entre los individuos y su momento histórico, lo que contribuye al desarrollo y comprensión de una ocupación. Las jerarquías dentro de la tripulación es un aspecto que ha permanecido desde el inicio de la pesca del camarón en altamar. A estas diferenciaciones se le sumaba otro componente que era el sentido de pertenencia y apropiación sobre el derecho a la pesca que los pescadores libres no tenían hasta que se convirtieran en socios de la cooperativa. El camino era más corto para aquellos que contaban con algún familiar, de lo contrario se tardaba más tiempo o, en ocasiones, no se podría acceder a la organización. Las decisiones de escalar de posición dentro del barco pasaban por el punto de vista de los líderes de las cooperativas, donde las conexiones familiares o de amistad se volvían centrales para llegar a ser patrón, sumada la experiencia del pescador. Esta forma de entablar las relaciones laborales operó mientras las cooperativas fueron la principal forma de organización entre los pescadores, por lo que atraviesa también a la segunda generación. La figura del pescador libre se reforzó a partir de la adquisición de las embarcaciones, los pescadores de esta generación eran jóvenes cuando se incorporaron y varios de ellos tenían la