- ¿Qué haremos ahora hermano? - susurro Amanda, mientras no podia parar de sollozar - ¡No podremos negarno, y ese centro comercial es lo suficientemente grande como para que alguien se pierda ahí por días! - chilló Amanda.
- No te preocupes hermana, de eso yo me hare cargo - contesto Adam para poder calmar a su hermana.