logró hacer fue suspirar.
- Esta bien - sucumbio finalmente el hombre.
- Bien - dijo con una sonrisa triunfal en el rostro la mujer - mañana al amanecer vamos a dejarlos en ese centro comercial, en el que te pones a vender tu basura.
-¿Por qué?... - fue interrumpido el hombre antes de poder terminar su oración.
- Les diremos que necitamos algo, nostotros lo "buscamos" y luego nos vamos, simple. Incluso cabe la posibilidad de que alguien se los lleve por pena. - El padre de los niños no pudo más que sentirse herido ante las palabras de su mujer.
Mientras tanto Amanda y Adam escuchaban todo lo que sus padres discutian.