Entonces Amanda fue a dormir mientras Adam aguardaba silenciosamente hasta que sus padres se dormieran, una vez los adultos dormierono, Adam salió de la casa y buscó algo que le pudiera ayudar. Por el rabillo del ojo Adam percibio una pequeña luz cegadora, fue ahí cuando encontro unos pedazos rotos de cristal que reflejaban la luz de la luna.