centro comercial Adam despedazó todo el pan hasta que solo quedaron pequeñas migaja.
Una vez que todos se dirigieron al centro comercial, Adam disimuladamente fue dejando caer las migas por todo el camino hasta que llegaron. Solo que esta vez la familia se termino adentrando aún más.
- ¡Hemos llegado! - chilló la madrastra emocionada - luego volveremos niños, ustedes solo descansen, después de todo su padre y yo nos tardaremos un poco - mientras que la madrastra se encontraba muy alegre, el padre apenas y los miró por lo apenado que se sentía.
- ok - respondieron Amanda y Adam al unísono.
Mientras los padres regresaban a casa, Amanda y Adam dormian.
Cuando los gemelos se despertaron al