anochecer, comenzaron a buscar el camino de regreso a casa, que estaba hecho por migas de pan. Pero todo fue inútil. Los pájaros se las habian comido.
- No estan... - susurró Amanda sin poder evitar derramar unas cuantas lagrimas - jamás podremos regresar a casa.
- No te preocupes Amanda, regresaremos a casa - dijo Adam muy confiado, en un intento de calmar a su hermana - pero hay que ser fuertes.
Amanda no pudo más que asentir.