Agustin Laje y Nicolas Marquez - El Libro Negro de La Nueva Izquierda Agustin Laje y Nicolas Marquez - El Libro Negro de | Page 9
naftalina.
Pero hay un año en los comienzos de esta convulsionada y enrarecida década
que pareciera marcar un vertiginoso punto de inflexión: 1992. Fue entonces cuando una
serie de movimientos extraños, novedosos y aparentemente inconexos empezaron a
brotar en distintos lugares del mundo en general y de América Latina en particular. Al
amparo de 458 Ongs[4] creadas repentinamente para publicitar un ficcionario relato
precolombino, el 12 de octubre se llevó a cabo en Bolivia la primera gran marcha
“indigenista”[5], aprovechando la redonda fecha de los “500 años de sometimiento”
(en referencia a la llegada de Cristóbal Colón a las Américas en 1492)[6] en la cual, ya
destacaba la acción dirigente del joven Evo Morales[7] (que se consagraría Presidente
de Bolivia en el 2005). Un poco más al sur, en la Argentina democrática de 1992,
apareció en escena la “Primera marcha del orgullo Gay”[8], alentada en parte por el
creciente feminismo radical de inspiración lesbo-marxista, el cual desde hacía meses
venía influyendo mundialmente tras la publicación del libro El género en disputa:
Feminismo y la subversión de la identidad[9] de Judith Butler, texto abrazado desde
entonces como “biblia” por todos los movimientos promotores de la “ideología de
género”. Mientras tanto, también en 1992 pero en la colorida ciudad de Río de Janeiro,
se llevaron adelante las sesiones del “ecologismo popular”, el cual emergió con 1.500
organizaciones de todo el mundo que se reunieron para debatir y redefinir la estrategia,
incluyendo el reclamo de la llamada “deuda ecológica”[10]. Y fue en ese mismísimo
año cuando en Venezuela, un coronel hablantín de ideología desconocida llamado Hugo
Chávez Frías, encabezó dos intentos de golpe de Estado[11], en los cuales no sólo se
pretendió matar al Presidente Carlos Andrés Pérez sino que los insurgentes mataron a
20 compatriotas[12]. La intentona golpista no fructificó, Chávez terminó preso por dos
años pero ganó fama y celebridad: siete años después asumiría como
Presidente/dictador en su país y el Foro se anotaría otro logro de proporciones.
¿Pero qué ocurrió en 1992 en el mundo que forjó tamaña promoción de
movimientos tan novedosos como heterogéneos? Si bien popularmente se reconoce a la
caída del Muro de Berlín (9 noviembre de 1989) como el hito histórico del derrumbe
de un sistema y una amenaza (el socialismo), la realidad es que aquello fue antesala de
lo que política y formalmente se materializaría tres años después, o sea en 1992,
cuando la Unión de Repúblicas Socialistas Soviética bajo el mando del entonces
Premier Borís Yeltsin dejó de existir formal y oficialmente como tal [13], y fue por ello
que todo el imperio comunista de Europa del Este quedó descuartizado y separado en
pequeños países o territorios tras una suerte de implosión geopolítica.
Luego, ante la ausencia de la contención soviética y la consiguiente necesidad
de solucionar ese vacío, todas las estructuras de izquierda tuvieron que fabricar Ongs y