Agustin Laje y Nicolas Marquez - El Libro Negro de La Nueva Izquierda Agustin Laje y Nicolas Marquez - El Libro Negro de | Page 10

armazones de variada índole acomodando no sólo su libreto sino su militancia , sus estandartes , sus clientes y sus fuentes de financiación . Por lo tanto , al comenzar la última década del Siglo XX , un sinfín de dirigentes , escritores , pandillas juveniles y organizaciones varias quedaron desparramadas , sin soporte discursivo y sin revolución que defender o enaltecer , en torno a lo cual estas corrientes advirtieron la necesidad de maquillarse y encolumnarse detrás de nuevos argumentos y banderines que oxigenaran sus envilecidas y desacreditadas consignas . Silenciosamente , la izquierda reemplazó así las balas guerrilleras por papeletas electorales , suplantó su discurso clasista por aforismos igualitarios que coparon el extenso territorio cultural , dejó de reclutar “ obreros explotados ” y comenzó a capturar almas atormentadas o marginales a fin de programarlas y lanzarlas a la provocación de conflictos bajo excusas de apariencia noble , las cuales prima facie poco o nada tendrían que ver con el stalinismo ni mucho menos con el terrorismo subversivo , sino con la “ inclusión ” y la “ igualdad ” entre los hombres : indigenismo , ambientalismo , derecho-humanismo , garanto-abolicionismo e ideología de género ( esta última a su vez subdividida por el feminismo , el abortismo y el homosexualismo cultural ) comenzaron a ser sus modernizados cartelones de protesta y vanguardia .
¿ Y mientras tanto qué hacían los sectores del anticomunismo capitalista ante la creciente fabricación y proliferación de renovadas conflagraciones que pululaban ? Lejos de tomar nota de estas súbitas rebeliones , se encontraban despreocupados y festivos no sólo celebrando la caída “ definitiva ” del comunismo , sino leyendo con distendido triunfalismo el publicitado best seller de notable fama mundial El fin de la historia y el último hombre , de Francis Fukuyama [ 14 ] ( publicado en el insistente año 1992 ), el cual sentenciaba el triunfo irreversible de la democracia capitalista como hecho lineal e inalterable , suerte de agradable determinismo histórico pero ahora vaticinado por la derecha liberal , lo cual constituyó un gravísimo error de subestimación del enemigo . El comunismo no murió con la caída formal de sus Estados porque justamente lo más importantes son las organizaciones colaterales , y éstas ya existían desde mucho antes de la creación de la URSS : y siguieron existiendo después de la extinción de la misma .
Lo cierto es que fuimos muy pocos los que le prestamos atención a esta metamorfosis y , 25 años después , la izquierda no sólo se apoderó políticamente de gran parte de Latinoamérica sino lo que es muchísimo más grave : hegemonizó las aulas , las cátedras , las letras , las artes , la comunicación , el periodismo y , en suma , secuestró la cultura y con ello modificó en mucho la mentalidad de la opinión pública : la revolución dejó de expropiar cuentas bancarias para expropiar la manera de pensar .
Tras tomar nota de la inadvertencia social que hay en torno a este peligro y peor