Agustin Laje y Nicolas Marquez - El Libro Negro de La Nueva Izquierda Agustin Laje y Nicolas Marquez - El Libro Negro de | Page 75

debería ser contrastada con la que se ofrezca a esta otra pregunta: ¿Habría perdido algo la humanidad si el ser humano nunca hubiera contado con las teorías de Judith Butler? *** En lo que refiere a la ideología queer, en el caso de Argentina destaca la filósofa Leonor Silvestri, una militante que además de escribir libros y ensayos, tiene una considerable presencia en el mundo académico y brinda cursos queer desde su casa, muchos de los cuales se pueden ver en YouTube. Asimismo, integra “colectivos” llamados “Ludditas Sexxxuales” y “Manada de Lobxs”, autores de un libro que no podemos dejar de mencionar: Foucault para encapuchadas (2014). Este texto empieza con una pregunta clave que, en su propia formulación, revela las intenciones de la ideología que representan: “Ahora que comprendemos que no hay sujetos de la revolución ¿quién combate el heterocapitalismo?”.[196] Y la respuesta está en el propio enunciado, pues lo que ha de hacerse es destruir toda identidad como tal, “borrar las denominaciones ‘masculino’ y ‘femenino’ según estén conforme a las categorías de asignación biopolítica ‘varón/mujer’. Los códigos de la masculinidad son susceptibles de abrirse para que operemos sobre ellos en una suerte de gender hacking perfo-protésico-lexical mediante la utilización de juegos lingüísticos que escapen a las marcas de género, o que al menos las desquicien: proliferar hasta el absurdo las anomalías psicosexuales”.[197] Lo que debe lograrse es “invalidar el sistema heteronormativo de producción humana y de las formas de parentesco —siempre a priori heteronormales— por medio del desistir de prácticas tales como el matrimonio y todos sus sucedáneos”.[198] La ideología queer busca subvertir lo que llama “vínculos sexuales heteronormativos”, que no sólo incluyen la vinculación heterosexual como tal, sino el propio protagonismo que tienen los órganos sexuales biológicamente determinados en la relación sexual (pene y vagina). Así pues, las teóricas queer argentinas explican que “la renuncia a mantener relaciones sexuales naturalizantes heteronormales habilita la resignificación y deconstrucción de la centralidad del pene y critica las categorías ‘organos sexuales’ (cualquier parte del cuerpo u objeto puede devenir en juguete sexual)”[199]. En efecto: “La abolición de la práctica de la sexualidad en pareja, mediante prácticas de placer en grupo con afines sexoafectivos resignifica el cuerpo como barricada de insubordinación política, de desobediencia sexual, de desterritorialización de la sexualidad heteronormativa, sus regímenes disciplinarios naturalizados y sus formas de subjetivación para la subsecuente creación de espacios