Agustin Laje y Nicolas Marquez - El Libro Negro de La Nueva Izquierda Agustin Laje y Nicolas Marquez - El Libro Negro de | Page 55

definido por la pluma de la norteamericana Betty Friedan y su libro La mística de la feminidad publicado en 1963, el cual fue una obra clave para el feminismo de los ’70. En este trabajo, Friedan entiende en resumidas cuentas que la liberación de la mujer no fue lograda con las victorias feministas en el terreno de los derechos civiles y políticos. ¿Qué seguía “oprimiendo” a las mujeres entonces? Pues aquélla responde que los aspectos culturales del “rol femenino”, es decir, las reglas informales que se asociaban a la mujer, entre ellas, la de ser esposa y madre por ejemplo. Friedan no entiende que las nietas de las feministas sufragistas no hayan continuado la lucha de sus abuelas en renovados planos de la vida y, al contrario, que se hubieran acomodado sin más al rol de la mujer esposa y madre de hijos. Ello se debía, según Friedan, a que una superestructura cultural había desarrollado una “mística de la feminidad” que resultaba opresora. En palabras de la autora: “De acuerdo con la mística de la feminidad, la mujer no tiene otra forma de crear y de soñar en el futuro. No puede considerarse a sí misma bajo ningún otro aspecto que no sea el de madre de sus hijos o esposa de su marido”.[119] En honor a la verdad, no podríamos decir que el de Friedan sea un libro comprometido a fondo con ideas izquierdistas. De ahí que digamos, siguiendo a Valcárcel, que es un “interregno”, un prólogo a lo que será la tercera ola feminista. En efecto, lo poderoso de Friedan es su crítica culturalista, que excede con creces lo estrictamente político, jurídico y económico, y que se mete en lo más recóndito del hogar, alcanzando incluso dimensiones estéticas que serán tan propias de la tercera ola. Ya la activista y escritora norteamericana Mary Inman, en su libro En defensa de la mujer (1940), uno de los cuales precisamente inspira a Friedan, había concluido que “la feminidad elaborada” y “el énfasis excesivo en la belleza” mantienen a las mujeres en el avasallamiento.[120] Estas son las semillas del culto a la fealdad y al mal gusto que caracteriza a nuestras feministas radicales de hoy. No obstante, los hechos que suelen identificarse como originadores de la tercera ola feminista son, como no podía ser de otra manera, los del Mayo Francés de 1968. Y el libro que se ubica como fundacional de esta ola es El segundo sexo, de la escritora existencialista Simone de Beauvoir, publicado en 1949, cuatro años después de que en Francia el voto femenino se hubiera hecho realidad. La ideología de De Beauvoir es bien conocida: era una marxista convencida. Su libro La larga marcha, por ejemplo, es una defensa de la Revolución Cultural china, campaña de masas liderada por el genocida Mao Tse Tung cuyo fin fue evitar que China abandonara el comunismo ortodoxo y que consistió en asesinatos masivos, torturas de todo tipo, campos de concentración, destrucción cultural, hambrunas y