Agustin Laje y Nicolas Marquez - El Libro Negro de La Nueva Izquierda Agustin Laje y Nicolas Marquez - El Libro Negro de | Page 54

blanco y el negro es negro. El proceso de desmoralización en los Estados Unidos ya ha sido básicamente completado (…) la desmoralización ha alcanzado áreas donde previamente ni siquiera el camarada Andropov y todos sus expertos habrían soñado un éxito tan tremendo, la mayor parte de aquélla la hacen americanos a americanos gracias a la falta de estándares morales”.[117] Luego de la desmoralización, se abre camino a la etapa de “La desestabilización”, donde ya se pueden empezar a generar los cambios en las instituciones económicas y políticas en favor de la ideología marxista-leninista, fin primordial de esta última. A la luz de información como esta, es interesante remarcar el hecho de que tras el giro copernicano efectuado por el stalinismo, no hayamos visto surgir ninguna otra teórica de importancia para el feminismo de esos lares. Al contrario, la tercera ola, iniciada en los ’60 —fecha casualmente subrayada por Bezmenov— será engendrada por teóricas occidentales, residentes de países capitalistas, fundamentalmente de Estados Unidos y Francia, mientras en la URSS se cerraban revistas feministas y se deportaban activistas.[118] IV- La tercera ola del feminismo Como se dijera más arriba, no hay acuerdo unánime respecto de qué debe ser considerado como propio de la primera, segunda o tercera ola del feminismo. Empecemos, pues, remarcando esta advertencia: algunos autores consideran que el feminismo que surge en los años ’60 del Siglo XX es, en verdad, una segunda ola de feminismo, mientras otros consideran que es una tercera ola feminista, como nosotros, pero difieren en tanto que ubican al sufragismo como segunda ola. Comoquiera que sea, nosotros hemos preferido seguir un criterio distinto, y considerar el feminismo ilustrado, liberal y sufragista, como una primera ola; el feminismo marxista como segunda ola; y el “feminismo culturalista”, “radical” y/o “neomarxista” como tercera ola, responsable de la germinación de la llamada “Ideología de Género”. Aclarado esto por si hiciera falta, el feminismo que pasamos a describir sucintamente tiene la particularidad de moverse no en el terreno de las reformas políticas formales como el liberal, ni en el terreno casi excluyente de la economía como el marxista, sino en un campo mucho más vasto y, por lo tanto, más complejo: el de la cultura. La filósofa española Amelia Valcárcel entiende que el surgimiento de la tercera ola feminista fue precedido por lo que ella denomina un “interregno”, el cual queda