Agustin Laje y Nicolas Marquez - El Libro Negro de La Nueva Izquierda Agustin Laje y Nicolas Marquez - El Libro Negro de | Page 50

Y para agregar más, por si hiciera falta, es necesario decir que los casos de violaciones y violencia contra la mujer fueron también una constante durante todo el largo período comunista. Los doctores Stern han dejado documentados muchos de ellos, lo que les terminó costando, como ya dijéramos, varios años de campo de concentración. Uno de esos casos, que llama la atención por la brutalidad, es el siguiente:“ La madre de mi enfermo era una campesina de Bachkiria. Durante los años del hambre, se había llegado a la aldea de Ufa para conseguir pan. En el andén de la estación se le acercó un chequista armado y se la llevó consigo. Poco experta en el amor, la campesina esperaba recibir un pedazo de pan a cambio de su cuerpo. Pero cuando llegaron a la casa del chequista, éste le ordenó que se desnudara y la entregó a su perro. Tanta era el hambre de la campesina que no se opuso, suponiendo que luego comería. Cuando el perro hubo soltado toda la esperma, el chequista la echó a la calle sin dinero ni alimentos”.[ 105 ]
Los doctores Stern cuentan que la violación de mujeres fue, además, una práctica corriente en la propia familia. Se trata, según la lectura y los datos de aquéllos, de una consecuencia esperable del culto de la fuerza que el régimen propagó en las relaciones sociales:“ Conocí a una paciente que no se quería divorciar a causa de los hijos, pero que tampoco deseaba seguir manteniendo relaciones sexuales con el marido. El hombre la violaba regularmente, sin temor a conflictos judiciales, pues no había tribunal que se hubiese tomado el caso en serio”.[ 106 ]
Célebre fue el escándalo del famoso cineasta soviético Roman Karmen, que fue condecorado como Artista del Pueblo de la URSS( la mayor distinción otorgada en el mundo del espectáculo), acusado de subir a su auto a niñas de trece y catorce años para luego violarlas. Pero como ocurría con los dueños del poder y los amigos de estos últimos, el caso Karmen quedó en total impunidad y allí estuvo el Estado para esconder los trapos sucios.
Además de las individuales, las violaciones colectivas tenían también una frecuencia significativa, tal como puede advertirse en las crónicas de la época. El Diario del maestro del 26 de junio de 1926 daba cuenta, por ejemplo, de una violación sufrida por una alumna a manos de un grupo de compañeros de curso. Otro caso en el que un grupo de siete hombres violaron a dos mujeres, conocido como las“ costumbres de Chubarov”( nombre de una calle de Leningrado), fue cubierto por Pravda el 17 de diciembre de 1926. Los doctores Stern suman varios casos más en su libro, que espantan por el nivel de violencia. Y podríamos seguir citando noticias de la época, pero con esto basta para determinar que la pretendida“ liberación de la mujer” que siguió a la implantación del socialismo, no fue más que una burda mentira.