Agustin Laje y Nicolas Marquez - El Libro Negro de La Nueva Izquierda Agustin Laje y Nicolas Marquez - El Libro Negro de | Page 44

de la división laboral intrafamiliar y que, al mismo tiempo, le permitió a la mujer acceder a un sinfín de puestos laborales que antaño estaban reservados para el físico masculino. Asimismo, la competencia del mercado ha hecho que los productos domésticos rápidamente se abarataran y masificaran, dejando de ser privilegio de clases adineradas. Volveremos sobre todo esto más adelante. Pero hay algo sobre lo cual nos gustaría ahora detenernos para mostrar que lo de Kollontay en particular, y lo del comunismo en general, no es un proyecto inocente que busque aliviar la carga de la mujer sin más. Lo que busca es mucho más que eso: es la generación de un orden planificado centralmente que, poniendo al Estado en el centro de la vida social, totalice todas las relaciones sociales absorbiéndolas y controlándolas a su antojo. De tal suerte que bajo el comunismo se prevea de forma clara la destrucción de la institución familiar, la cual resultará fagocitada por la intervención estatal. Kollontay lo dice con total claridad: “el Estado de los trabajadores acudirá en auxilio de la familia, sustituyéndola; gradualmente, la Sociedad se hará cargo de todas aquellas obligaciones que antes recaían sobre los padres”.[88] Curiosa concepción de “auxilio”, el cual lejos de garantizar supervivencia, conlleva la destrucción de lo que se pretende asistir. En última instancia pues, lo que la sociedad comunista exige es la colectivización de todo lo que un hombre pueda poseer, inclusive sus propios hijos. Y es que el proyecto socializante no puede desatender aquello que permite la supervivencia de cualquier tipo de totalitarismo: el adoctrinamiento masivo, especialmente de las nuevas generaciones. Es así que Kollontay determina: “El hombre nuevo, de nuestra nueva sociedad, será moldeado por las organizaciones socialistas, jardines infantiles, residencias, guarderías de niños, etc., y muchas otras instituciones de este tipo, en las que el niño pasará la mayor parte del día y en las que educadores inteligentes le convertirán en un comunista consciente de la magnitud de esta inviolable divisa: solidaridad, camaradería, ayuda mutua y devoción a la vida colectiva”.[89] En una palabra, la realización del feminismo marxista es la destrucción de la familia y su reemplazo por el Estado totalitario y por el partido. III- El feminismo del socialismo real Antes de abordar la tercera ola del feminismo, nos interesa dedicar un apartado a la implementación de las ideas feministas que engendró el marxismo, y que éste tuvo oportunidad de poner en práctica con la experiencia de la Unión Soviética a partir de