Agustin Laje y Nicolas Marquez - El Libro Negro de La Nueva Izquierda Agustin Laje y Nicolas Marquez - El Libro Negro de | Page 27

sociales, aunque estos no revistan naturaleza económica.
De tal suerte que la hegemonía se logra cuando una fuerza política determina el complejo de significados y palabras— y por añadidura moldea la forma de pensar— por los cuales han de conducirse quienes se encuentran bajo su dirección. Como Zanco Panco asevera en su diálogo con Alicia en la célebre novela Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll:
— Cuando yo uso una palabra— insistió Zanco Panco con un tono de voz más bien desdeñoso— quiere decir lo que yo quiero que diga … ni más ni menos.— La cuestión— insistió Alicia— es si se puede hacer que las palabras signifiquen tantas cosas diferentes.— La cuestión— zanjó Zanco Panco— es saber quién es el que manda …, eso es todo.
La hegemonía, según la teoría de Laclau y Mouffe, tiene sentido a partir de un momento histórico bien concreto: el de la revolución democrática. En efecto, dicha revolución— concretamente la francesa [ 47 ]— habría instaurado un discurso igualitario que, al suplantar la doctrina teológico-política por aquella que declara que el poder emana desde el seno del pueblo, deslegitimó una serie de subordinaciones, transformándolas en opresiones, ampliando en su constante desarrollo la sede de los antagonismos sociales. Así es que la revolución democrática es, para estos autores, el terreno de una constante e ininterrumpida emergencia de antagonismos que en tiempos precedentes estaban contenidos por otro tipo de discurso social.
Naturalmente, la estrategia que estos autores le proponen al socialismo, lejos de tener por objetivo inmediato la destrucción de la“ democracia burguesa”— al modo del marxismo clásico—, tiene su eje en el hecho de entender la democracia como el terreno sobre el cual el proyecto socialista puede y debe desenvolverse, aprovechando y fomentando la multiplicidad de puntos de antagonismos que bajo aquélla es posible hacer emerger. De lo que se trata es de abordar la democracia liberal y radicalizar su componente igualitario a tal punto que aquélla termine siendo diezmada desde su propio seno; que sea barrida por su propia lógica; destruir la democracia desde adentro, y no desde afuera. Ese objetivo termina de evidenciarse en el subsiguiente libro de Laclau: La razón populista [ 48 ].
Pero sigamos con Hegemonía y estrategia socialista. Sus autores no sólo hacen explícitas las intenciones antedichas, sino que incluso las destacan con recursos tipográficos( la letra cursiva o itálica pertenece a los propios autores):“… es evidente que no se trata de romper con la ideología liberal democrática sino al contrario, de profundizar el momento democrático de la misma, al punto de hacer romper al liberalismo su articulación con el individualismo posesivo. La tarea de la izquierda no puede por tanto consistir en renegar de la ideología liberal democrática sino al contrario, en profundizarla y expandirla en la dirección de una democracia