Agustin Laje y Nicolas Marquez - El Libro Negro de La Nueva Izquierda Agustin Laje y Nicolas Marquez - El Libro Negro de | Page 191

a las de las personas heterosexuales. Y así nos lo confirma otro estudio efectuado con pacientes homosexuales en Amsterdam (elaborado por la científica María Xiridou[578]) el cual arribó a la conclusión de que cada homosexual tenía en promedio ocho amantes colaterales al año (aparte de su pareja “estable”)[579], y fue el Dr. Barry Adam (Profesor homosexual de la Universidad de Windsor en Canadá) quien presentó un trabajo complementario conformado por el análisis de 60 parejas homosexuales, y del mismo dedujo que tan solo el 25% de ellas eran fieles entre sí[580], desbarajuste conductual del que también dio cuentas el Ministerio de Salud de los Estados Unidos: “Debido a que tienen más parejas sexuales en comparación con otros hombres, los hombres gay y bisexuales tienen más posibilidades de tener relaciones sexuales con alguien que puede transmitir el VIH u otras enfermedades de transmisión sexual”[581]. ¿Esto quiere decir que no existe promiscuidad o infidelidad en el mundo heterosexual?, obvio que sí y nosotros desde estas líneas no negamos ni reivindicamos tal cosa. Más aun, consideramos una ligereza del espíritu que algo tan serio e intimísimo como la sexualidad sea tomado muchas veces como un irreflexivo desahogo pasatista. Pero lo que sí pretendemos exponer al abrevar en cifras del mundo científico, es que el desenfreno y la promiscuidad en las relaciones homosexuales posee guarismos categóricamente más elevados por todo concepto respecto de los vínculos heterosexuales, cuyos índices quedan reducidos a la insignificancia comparados con los dígitos provenientes de la desaforada actividad venérea de la comunidad homosexual. Para más datos y a los fines de completar el mapa del mundo occidental, en lo que a Latinoamérica concierne y conforme números de la ONU actualizados al 2011 desde su site oficial, se nos informa que la prevalencia del VIH en población adulta en América Latina está estimada en 0.4%, y que de toda esta porción afectada, el 54,3% corresponde a homosexuales[582], las prostitutas arriban al 4,9%, los “Taxi Boys” masculinos el 22,8% y las personas usuarias de drogas intravenosas importan el 5%[583]. Todos estos grupos de riesgo señalados arriban a un 93% del total poblacional con VIH escrutado, pero el informe ni siquiera incluye datos sobre el 7% restante, el cual cabría suponer que quizás contemplaría a heterosexuales no pertenecientes a grupos de riesgo, es decir no afectos a las drogas o a la vida prostibularia, pero oficialmente nada dice el documento sobre ese excedente, por cuya insignificancia ni siquiera se anota la menor aclaración. Puntualmente en la Argentina, según los últimos datos oficiales del sitio del Ministerio de Salud (consultado en noviembre del año 2015 en la etapa final del régimen corruptor de Cristina Kirchner), sobre el total de la población local con VIH los guarismos publicados fueron los siguientes: el 49% son homosexuales, un 7% son drogadictos, otro 5% está conformado por prostitutas y apenas un bajísimo 0,3% figura en el impreciso ítem “jóvenes y adultos” no identificados en ninguna de estas