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“ comunismo”, que se realizará tras un período indeterminado de“ dictadura del proletariado”. En efecto, tras la revolución, la clase obrera deberá poner a su disposición el poder político para acabar con las relaciones de producción existentes, socializando los medios de producción( es decir, aboliendo la propiedad privada).[ 23 ]
Y aquí es cuando la dialéctica produce su último movimiento: así como la burguesía como“ clase dominante” supuestamente había engendrado al proletariado como“ clase dominada”, cuando esta última se transforme en clase dominante engendrará la síntesis que coronará el movimiento dialéctico y constituirá el fin de la historia, el advenimiento del paraíso comunista: la sociedad sin clases, sin política, sin Estado, sin religión. Esto es lo que, en pocas palabras, Marx decía que iba a suceder con arreglo a“ leyes históricas” basadas en la“ ciencia”.
Extraigamos para concluir lo más importante para nuestro análisis que sigue. El marxismo analiza a la sociedad de manera topográfica o, metafóricamente hablando, con la forma de un“ edificio”. En la base o“ estructura” de la sociedad, el marxismo coloca las fuerzas productivas y sus relaciones de producción— es decir, las tecnologías para producir y las relaciones de propiedad existentes—. En la“ superestructura” que se levanta a partir de esta base de carácter económico, los marxistas ubican al Estado, la ideología, la religión, la cultura, etcétera. Siguiendo con la metáfora edilicia, va de suyo que la manera más fácil de demoler un edificio consiste en reventar los pilares sobre los que éste se apoya, y en esto se ha basado precisamente el marxismo tradicional: las verdaderas revoluciones se pergeñan al nivel de las relaciones económicas, pues todo lo demás— ideología, Estado, cultura, etcétera— es apenas un reflejo de aquéllas. Lo que hay que hacer es transformar el sistema económico, y lo otro se va dando por añadidura. ¿ Qué quiere decir esto? Que no existe revolución propiamente dicha si no se acaba con el régimen de propiedad privada existente de manera tajante. Tratar de dar una lucha al nivel de la“ superestructura”, es decir, por ejemplo, a nivel ideológico o jurídico, sería lo mismo que pelearse con una sombra para el marxismo clásico.
En el prefacio de su obra Una contribución a la crítica de la economía política, Marx asevera:“ Siempre es necesario distinguir entre la revolución material en las condiciones económicas de producción, que caen dentro del radio de la determinación científica exacta, y la jurídica, política, religiosa, estética o filosófica, es decir, en una palabra, las formas ideológicas de la apariencia”. El análisis que Karl Popper( filósofo alemán detractor del marxismo) hace de este pasaje es interesante para entender lo que sigue, es decir, las modificaciones estratégicas y teóricas que sufrió el marxismo clásico a través del tiempo:“ En opinión de Marx, es vana la esperanza de lograr algún cambio importante mediante el solo uso de recursos jurídicos o políticos;