Agustin Laje y Nicolas Marquez - El Libro Negro de La Nueva Izquierda Agustin Laje y Nicolas Marquez - El Libro Negro de | Page 177

de su departamento quedando gravemente herido y muriendo a los pocos días en el hospital.
También fue en el nuevo milenio y al calor del kirchnerismo cuando el lobby homosexual consiguió ingentes recursos estatales— además de los mencionados derechos al“ casamiento” y la adopción de niños—, premiando a muchos de sus referentes con cargos públicos bien rentados en la burocracia gubernamental— principalmente en el“ INADI”[ 527 ] y en la“ Secretaría de Derechos Humanos”—, siendo por entonces el emisario más vistoso y bullicioso Alex Freyre, histriónico agitador en cuya cuenta de Twitter se define como“ peronista y activista gay”, insalvable contradicción asimilable a considerarse a sí mismo como“ sionista y nazi”. Al parecer, el iletrado e irreverente Freyre desconoce que durante la histórica dictadura de Juan Perón( 1946-55) a los homosexuales no sólo se les prohibió el derecho al sufragio en 1947 [ 528 ] sino que mediante un sinfín de edictos policiales se les impidió reunirse en sus casas y en bares, así como exhibirse públicamente con sus sobrinos, ni mucho menos ingresar al Colegio Militar y, según resume Osvaldo Bazán en su macizo libro sobre la homosexualidad en Argentina:“ No tenían voz, voto, opinión ni visibilidad” y“ todos los que la Policía tenía detectados como’ trolos’ fueron encarcelados”[ 529 ].
A pesar de estos antecedentes históricos no muy favorables a la causa de Freyre y sus séquitos, este sujeto no sólo se proclamó peronista sino que fue un solícito burócrata kirchnerista que lucraba con su prédica igualitaria obteniendo jugosos sueldos del erario público por“ trabajar” en asuntos relacionados con“ la diversidad sexual”. El peronismo siempre dio para todo: un argumento recurrente entre los homosexualistas rentados del kirchnerismo para justificar sus alardes eróticos con su adhesión partidaria era que“ este espacio” reivindicaba al“ ala izquierdista del movimiento”, es decir aquella que se consideraba heredera no tanto del General del Ejército Juan Perón sino del camporismo montonero. Argumento curioso: el terrorismo montonero no vaciló en desterrar todo vestigio homosexual entre sus filas llegando a fusilar a sus militantes cuando estos eran sospechados de tal cosa. Los guerrilleros vieron en cada maricón a un soplón [ 530 ] y según sarcástica expresión de Sebreli:“ El amor entre los gays peronistas de izquierda y los montoneros fue un amor no correspondido”[ 531 ].
Lo cierto es que Alex Freyre se paseó durante los últimos años por todos los medios de comunicación posibles disfrazado con una suerte de capa colorada( distintiva de su agrupación) junto con un álter ego llamado José María Di Bello, un homosexual portador de VIH que parodiaba ser la pareja de Freyre. Ambos promovieron el“ matrimonio igualitario” utilizando todo tipo de trampas tendientes a