gestionando la adopción vieron complicados sus trámites tras la tragedia.
“¿ Y las parejas heterosexuales que destratan a sus hijos? ¿ No estarían esos menores a mejor resguardo con una pareja homosexual que les de amor?” He aquí otra de las falsas disyuntivas. Por el error no se puede perder el valor. ¿ Por el hecho de que existan jueces deshonestos hay que anular el Poder Judicial? Lo que hay que hacer es preservar a los jueces honestos, expulsar a los deshonestos y reemplazar esa ausencia con una cuantía de magistrados probos. Mutatis mutandis, a los padres maltratadores hay que quitarles la tenencia de sus hijos y otorgarlos a manos de familias que sí sepan darles el amor que merecen, pero dicho maltrato no abre ninguna puerta a parches riesgosos y antinaturales.
¿ No sería discriminativo negar el niño en adopción a dos sodomitas que lo exijan? Sería tan“ discriminativo” como cuando muchas veces se le niega la adopción a una pareja heterosexual( como habitualmente pasa) toda vez que ésta no cumpla con requisitos ambientales, psicológicos o relativos a la edad, la salud o la economía y, sin embargo, en estos casos nadie cacarea por la“ discriminación”, dado que es de sentido común advertir que siempre lo prioritario es que el ambiente sea el propicio por todo concepto para el bienestar del niño.
Por más que se pretenda fabricar argumentos, lo cierto es que en la adopción sodomítica al niño no solo se lo priva de una madre o un padre( según el caso), sino que además es lanzado a una aventura experimental en donde corre riesgo no sólo su integridad psicológica sino física, al ser forzado a convivir en un círculo tan propenso a enfermedades venéreas o patologías propias de ese ambiente, además del riesgo gravísimo en alto porcentaje del que muchos alertan, respecto de que podrían ser abusados por sus propios adoptantes, tal como indican informes que luego veremos [ 464 ].
A lo dicho, debemos añadir el hecho de que un menor educado en una“ familia” homosexual tiene mayor propensión a repetir ese patrón de conducta en comparación con un menor educado en una familia heterosexual: la presencia de conductas homosexuales en niños criados por parejas del mismo sexo es ocho veces más frecuente que la media [ 465 ]. En 1995 se elaboró un estudio científico por Bailey et al. en el cual se trabajó con 85 hijos adultos de una edad media de 25 años que fueron criados por padres homosexuales o bisexuales. Las conclusiones arrojaban un porcentaje de hijos con identidad homosexual o bisexual del 9 %, cuando el promedio global es apenas superior al 1 % en EEUU [ 466 ]. Dos años después( 1997), conforme un nuevo estudio longitudinal publicado en el Journal of Orthopsychiatry( Golombok y Tasker), se indicó que sobre 46 casos de niños adoptados( 20 varones y 26 mujeres) y de los