Agustin Laje y Nicolas Marquez - El Libro Negro de La Nueva Izquierda Agustin Laje y Nicolas Marquez - El Libro Negro de | Page 120
espiritual de las Hadas Radicales era el mismo que su fundador Harry Hay preveía para
su Sociedad Mattachine original: la convicción de que los hombres homosexuales eran
espiritualmente diferentes de las otras personas. Ellos estaban más en contacto con la
naturaleza, el placer corporal y la verdadera esencia de la naturaleza humana, que
abarca lo masculino y lo femenino” señala el escritor homosexual Michael Bronski en
su apología dedicada a su venerado líder, titulada El verdadero Harry Hay[365]
(panegírico publicado en el Boston Phoenix).
Podríamos decir entonces que estos fueron los comienzos y primeros intentos de
amalgama visiblemente militante entre marxismo y homosexualismo, iniciativa nacida
en los Estados Unidos y que luego fuera tomada y pregonada en ese país por muchos
activistas posteriores, tal el caso de Joan Garry, directora de la Gay and Lesbian
Alliance Against Defamation (Alianza de Homosexuales y Lesbianas contra la
Difamación)[366], quien parafraseando las consignas de la revolución comunista en
China, sostenía que el papel de su organización consistía en “transformar el corazón y
la mente de las personas”, exactamente la misma frase que usaba Mao Tse Tung para
referirse al guerrillero campesino en su revolución armada de fin de los años ‘40. “El
movimiento homosexual no es un movimiento de derechos ciudadanos, ni un
movimiento de liberación sexual, sino una revolución moral”[367] sentenció el famoso
activista norteamericando Paul Varnell, por cuyas costumbres murió de SIDA en el año
2011.
Como vemos, en el gran país del norte el movimiento homosexual comenzaba a
unificar su discurso, sus alianzas políticas y su lenguaje.