y se podrían aplicar en la producción de frutos agrícolas,
abundó Soto.
“Algo que ha llamado la atención de los biólogos es
cómo las algas derivadas de la eutrofización se desarrollan
desmesuradamente en comparación con otras especies
similares y han hallado que esto se debe a que las macroalgas
producen fitohormonas.
“Nosotros planeamos mantener intactas esas fitohormonas
y transferirlas a los cultivos rurales para lograr un rápido
crecimiento”, expuso el investigador.
Lo anterior, implica un doble beneficio, pues al crear
un biofertilizante a partir de los florecimientos algales, es
posible dar a las plantas una cantidad óptima de nutrientes,
tales como nitrógeno, fósforo, potasio, calcio, cobalto, así
como compuestos orgánicos activos, como las fitohormonas,
las cuales aceleran y regulan el crecimiento de la siembra.
Además, beneficia al entorno costero debido a que al
retirar el exceso de biomasa se permite que el sistema
www.agroorganico.com.mx
respire y destine el oxígeno a otras actividades, en lugar
de ser utilizado en la degradación de materia orgánica,
dijo el también ingeniero en alimentos.
El proyecto también deriva en beneficios económicos,
debido a que con este biofertilizante los campesinos
podrán desechar los abonos químicos y sembrar alimentos
orgánicos.
Soto ha logrado producir algunos litros de concentrado
de biofertilizante; sin embargo, se requiere una producción
en gran escala y para lograrlo, se inscribió a la convocatoria
de Problemas Nacionales del Consejo Nacional de Ciencia
y Tecnología (Conacyt), para instalar una planta piloto y
aprovechar esta infraestructura en comunidades costeras.
*Con información de Gaceta UNAM y Notimex
41