T ecnología
de descifrar códigos. El internet de
las cosas está conectando todo, no
sólo son las computadoras, todo es
un punto de información y con más
datos también hay más algoritmos, más
patrones para investigar y mecanismos
para trabajar.
Esta combinación de disciplinas
que antes parecían inconexas, como
la informática y la agricultura, hoy están
“íntimamente interconectadas”. Por
ello, Matías Correch refirió que en
el sector agroalimentario emergen
nuevos jugadores.
¿Quién pensaría que Bosch, que
trabaja en la industria automovilística
y eléctrica, iba a entrar al agro con
una gran cantidad de productos,
controladores de riego u otros
implementos, todos relacionados con
la nueva revolución digital?, señaló el
especialista de Bayer.
IBM –que desarrolla y comercializa
hardware y software en todo el mundo–
también participa en este mercado;
Blue River hace agricultura digital y
AeroFarms desarrolla aeroponia,
sistemas de cultivo para producir más
en menos espacio.
Según datos del sitio web de
AeroFarms su sistema –que usa
estructuras verticales e iluminación
LED– es 130 veces más productivo
que una granja de campo; emplea
95 por ciento menos de agua y 40 por
ciento menos de fertilizante que la
agricultura tradicional, además que
no aplica pesticidas. Los cultivos, en
promedio, tardan de 30 a 45 días en
crecer.
U so de teléfonos inteligentes
Dentro de esta reinvención de la
agricultura el uso de telefonía móvil
permite a los agricultores disponer de
información en tiempo real sobre clima,
humedad, estado nutricional de la
planta o brindar recomendaciones para
el mejor empleo de insumos agrícolas y
así hacer que las unidades productivas
sean más eficientes y reduzcan costos
de producción.
En México, un ejemplo es la
aplicación para teléfonos inteligentes
denominada N-GREEN desarrollada
por investigadores del Instituto
Nacional de Inves tigaciones
Forestales, Agrícolas y Pecuarias
(Inifap), en colaboración con el Centro
Internacional de Mejoramiento de Maíz
y Trigo (Cimmyt), que permite mejorar,
automatizar y optimizar el nivel de
fertilización del trigo y maíz.
El uso de esta nueva tecnología
puede beneficiar a 80 por ciento de los
productores de trigo, maíz y sorgo de
Guanajuato, donde sólo se aprovecha
30 por ciento de fertilizante aplicado,
al reducir el uso de este insumo hasta
en 300 kilos de nitrógeno por hectárea,
un ahorro de 2 100 pesos, explicó el
investigador del Campo Experimental
del Bajío del Inifap, Roberto Paredes
Melesio.
Detalló que se usa la tecnología
GreenSeeker, que mediante un
sensor infrarrojo hace una lectura del
cultivo, sobre todo concentración de
nitrógeno, datos que se capturan en la
app, la cual calcula la dosis exacta de
fertilizante requerido. Así, el usuario
realiza cálculos in situ a través de un
smartphone o tableta.
El modelo se desarrolló para
Guanajuato, pero también aplica para
Ciudad Obregón, Sonora; Mexicali,
Baja California; y Guadalajara, Jalisco,
y puede extenderse a más entidades.
Otra aplicación es IrriMovil, basada en
un modelo matemático enlazado con
estaciones climáticas de todo México
a partir del cual se define el volumen
de riego. En Sinaloa, por ejemplo, en
cultivo de maíz el ahorro va del 20 al 40
por ciento, es decir, de 1 600 a 3 000
metros cúbicos, con lo cual se puede
sembrar hasta media hectárea más,
donde se producen cinco toneladas
adicionales y genera 16 mil pesos más
para el agricultor.
Esta tecnología hace posible un
incremento de rendimiento en riego
presurizado del 15 por ciento. En frijol,
permite aumentar 50 por ciento la
productividad, al pasar de 1.7 toneladas
por ha a casi tres toneladas, puntualizó
Ernesto Sifuentes, desarrollador de
IrriMovil.
Desde el ámbito institucional, la
Secretaría de Agricultura diseñó las
apps Sagarpa Mercados, Sagarpa
Produce y Sagarpa Apoyos, que tienen
LA TELEFONÍA
MÓVIL
permite a los
agricultores
disponer de
información en
tiempo real sobre
clima, humedad
y estado
nutricional de la
planta
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