ISBN 0124-0854
N º 199 Junio de 2013
Por esa razón nos reunimos la primera vez . Querías saber todo lo que tenía por decir al respecto . Las conversaciones continuaron . Poco a poco , comenzamos a hablar de otros temas . Literatura , cine , fotografía , periodismo . Pero ante todo , de mi mamá , tu hija . La idea era escribir un libro para publicar . Luego , cuando ya tenía mucha información de la familia , dijiste que tú y yo decidiríamos quiénes serían los lectores . Hasta que un día , en el Astor , notificaste que nadie lo leería . Ni las dos hermanas de ella , ni su mamá , ni su hijo mayor , ni tu mejor amigo … ni yo .
Lo terminaste y nadie más lo leyó , excepto tú . El único libro terminado , además de Cuadro , sería el no publicado . Se imprimió en una impresora cualquiera , se le pusieron dos tapas corrientes de color negro , se argolló y se guardó durante dos años en un cajón de tu casa . Poco hablamos del tema . Las conversaciones cambiaron al ritmo que lo hacían tus recuerdos . Nunca más mencionamos el libro .
Después de tu muerte , Aura López , tu compañera , nos dio la única copia impresa de Mi hija . Es un libro donde tus sentimientos están expuestos : la tristeza por la muerte de ella , la rabia por algunas injusticias que vivió , el amor por las cosas que ustedes dos tenían en común . Ahora entiendo por qué nunca se
Alberto Aguirre , foto cortesía de María Clara Calle Aguirre
publicará . Porque te mostraba como no querías que te vieran .
Todos los que alguna vez fueron tus amigos te describen como un hombre cariñoso , inteligente y un buen amigo que los hacía reír a carcajadas . Algunos de esos aspectos me los mostraste cuando te dije que haría mi trabajo de grado sobre ti . Ese día nos reunimos para hablar de diferentes temas . Ya tu mente te traicionaba a causa de la hipertensión crónica que sufrías , la misma que te mató . Nunca quisiste tomar medicamentos para controlar los altos niveles de presión , a pesar de que te advirtieron de las consecuencias de no hacerlo . Llegaste a un punto en el que ya no reconocías a muchos de tus familiares . A veces creías que tus nietos éramos tus sobrinos . O incluso que no éramos parientes . Esa vez no me reconociste al principio , pero luego , con las conversaciones , recordaste que era tu nieta . La conversación