ISBN 0124-0854
N º 198 Mayo de 2013
líquidos que ves y te tragas. Lo que callas, expectante, desde tu silla, mientras el tiempo te embellece cambiando tus colores.
Querida Candelaria:
Natalia Piedrahita Tamayo
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Me complace verle fresca, grande, abierta, gorda, sentada y pensante … he pensado muchas veces en sentarme a su lado a observar esa imagen que le enmudece y le saca esa leve sonrisa que sugiere un pensamiento malicioso. Otras veces quisiera sentarme en sus grandes piernas y abrazarle y contarle mis malicias con el Hombre creador de energía. Otras veces me preocupa la confianza atrevida con la que mece la silla en la que posa ese amañado tamaño que tiene su cuerpo … pienso que debería considerar la prudencia porque no quisiera dejar de verle nunca.
Te imagino en las noches, cuando dejas de mecerte y de pensar, y te vas para el Museo a descansar. ¿ Qué harás? Bueno, pienso, eso qué importa, finalmente siempre estás.
Me atrevo pocas veces a tocarte la cabeza. Para consolar la intriga y la pena que me generas, como un rose, para que notes mi