ISBN 0124-0854
N º 196 Marzo de 2013 las que se han hecho las extrapolaciones más descabelladas. Se habla con todo desparpajo de nuevas dimensiones espacio-temporales, desconocidas por la ciencia, sin entender una sola línea de las viejas. Lo que es válido y se manifiesta a escala microscópica se traslada sin ningún escrúpulo a escala macroscópica. Fenómenos que se presentan entre dos fotones se magnifican y aplican a dos cerebros. Así sin más. Los chistes de los físicos en la cafetería se convierten en ciencia seria.
El prestigioso físico cuántico Murray Gell-Mann dedica un capítulo de El quark y el jaguar a combatir a todos aquellos que se han dedicado a sacar conclusiones superficiales de la mecánica cuántica. En particular, ataca a quienes pretenden apoyarse en los fenómenos cuánticos— válidos en el micromundo, pero que se desvanecen una vez entramos al macromundo— para justificar fenómenos metapsíquicos.“ Mecánica cuántica y cháchara”, es el nombre que le ha dado al capítulo en el cual desacredita todos los falsos intentos de justificar la pseudociencia con los teoremas de la ciencia.
El físico Heinz Pagels se refiere a estos abusos de la mecánica cuántica en los siguientes términos:“ La pretensión de algunos seguidores de filosofías orientales, en el sentido de que los estados de meditación están relacionados con los campos cuánticos es, en el
mejor de los casos, sencillamente errónea y, en el peor, fraudulenta”.
Víctor Stenger, profesor de física de la Universidad de Hawai, en un artículo titulado“ Charlatanería cuántica”, analiza los intentos de su colega Fritjof Capra para justificar el misticismo oriental en términos de la mecánica cuántica. Capra, por medio de malentendidos y extrapolaciones incorrectas de las ideas físicas— comenta Stenger—, asegura que la teoría cuántica ha confirmado las enseñanzas místicas orientales. En efecto, la conciencia humana y el universo forman un todo interconectado e irreductible, dentro del cual algunos afortunados se pueden mover a su antojo y realizar actos que para la mayoría de los mortales están vedados. Verbosidad libre dirigida a convencer sin demostrar. Teorías como esa pueden prepararse a la carta. Si no ha de pasar por el filtro de la verificación experimental, toda teoría que tenga una estructura lógica y coherente tiene la misma validez de la de Capra: ninguna. Pero no podemos probar su falsedad. Por eso, en teorías así, es imposible equivocarse. Y no se confunda esto con una virtud.
Peligros del celular
Existe una gran preocupación por el efecto cancerígeno de los campos electromagnéticos generados por la variedad de equipos eléctricos