Agenda Cultural UdeA - Año 2013 MARZO | Page 5

ISBN 0124-0854
N º 196 Marzo de 2013 del materialismo dialéctico ”). Tal vez la convicción de poseer la verdad única , llevada hasta extremos insensatos explique la lucha perenne de las religiones contra la ciencia . Anotaba el biólogo François Jacob : “ De hecho , la historia de la ciencia es de algún modo la historia de la lucha de la razón contra las verdades reveladas ”. Pues bien , a pesar del cúmulo de evidencias a favor de la evolución de las especies , todavía hay creacionistas bíblicos empeñados en reemplazar la lenta creación darwiniana por la milagrosa y casi instantánea de la parábola bíblica .
La principal preocupación de los creacionistas se debe a que la teoría moderna de la evolución explica de forma natural la creación de las especies , sin recurrir a Dios . Pero puede entenderse de otra manera : lo que hace la teoría evolutiva es eximir al Supremo de una labor menuda de artesano , creador una por una de todas las especies vivas . Para tranquilidad de muchas almas , es posible aceptar la propuesta darwiniana y pensar que Dios sigue siendo el gran ingeniero , diseñador y creador de un universo sometido a leyes de tal perfección , que la génesis de la vida y su evolución hasta llegar al Homo sapiens terminarían por ocurrir necesariamente .
Hay cuatro dificultades insalvables para darle crédito al relato bíblico : la vasta antigüedad del Universo ; la existencia de multitud de especies extinguidas , no sospechadas por los autores de la Biblia ; el registro fósil , prueba sólida del paso ascendente de la evolución de la vida ; y , por último , las estructuras biológicas compartidas por tantas especies , huellas claras de sus parentescos filogenéticos , fenómeno no explicable si el drama de la evolución hubiese tenido un solo acto .
Al determinar la edad del Universo a partir del relato bíblico , los cálculos más optimistas no superan los diez mil años . Un valor muy pequeño y un error descomunal . Son múltiples los argumentos para demostrar que al admitir un cosmos tan juvenil , llegamos al absurdo de que casi todos los dominios de la ciencia moderna estarían plagados de falsedades y que , en consecuencia , la mayoría de los textos de ciencia deberían ir al fuego por herejes y erróneos ; en particular los producidos por la astronomía , la astrofísica , la geología , la paleontología , la arqueología , la física y la biología .