ISBN 0124-0854
N º 196 Marzo de 2013
Los numerosos argumentos presentados por la ciencia deberían ser suficientes para acallar a los beligerantes creacionistas de
Imposturas médicas
Las imposturas científicas en medicina
Imagen de la película de William Arntz, ¿ Y tú qué sabes?( What the Bleep do we know), Estados Unidos, 2004, 109’
Kansas, pero tales fulanos, nublados por su fanatismo, no son capaces de ver lo obvio. Los católicos, reconozcámoslo, se han mostrado más sensatos y modernos: Juan Pablo II, después del mea culpa por las equivocaciones pasadas, tranquiliza a los fieles afirmando que la fe cristiana no es contraria a la evolución darwiniana. En otras palabras, que ya no es pecado creerle a Darwin, y que pueden olvidarse del cuento infantil de Adán y Eva. Destaquemos que el Pontífice ha dado su bendición papal a la teoría de la evolución, pero con una advertencia: los científicos deben dejar en manos de Dios la tarea de crear el alma. ¡ Amén!, contestan en coro.
están a la orden del día, y su finalidad es convencer a las masas indefensas. El artificio es sencillo: usted toma algún término de la física, por ejemplo campo quántico, sin importarle un pito lo que significa. Luego escribe que“ la terapia de vórtices por imposición de las manos( o cualquier cosa que se le ocurra) interactúa con el campo cuántico del enfermo y restablece los balances causantes de la enfermedad”. ¿ Con qué medios terapéuticos? Con los que le apetezca: la esencia de la flor, el poder del cuarzo, el imán que limpia el aura, los pases de la mano, etc. Y usted acaba de explicar científicamente por qué actúa una terapia de apariencia tan inocente.