Agenda Cultural UdeA - Año 2013 MARZO | Page 4

ISBN 0124-0854
N º 196 Marzo de 2013

Ciencia y engaños

Antonio Vélez Montoya
A veces es difícil distinguir entre la ciencia y ciertas disciplinas que la imitan y tratan de competirle. Y es que las segundas han sobrevivido gracias a que han sabido mimetizarse utilizando el tono y el vocabulario de la primera. Es a veces tan perfecto el mimetismo, que para el ciudadano corriente son una sola cosa. Pero hay diferencias fundamentales, enormes, y siempre a favor de la ciencia: asombrosa exactitud de las predicciones, riqueza y profundidad de las explicaciones, amén de un abanico de tecnologías derivadas de los teoremas, de tal suerte que en apenas unos pocos siglos, estas últimas han cambiado por completo el mundo.
Fanatismo y ciencia
Hasta finales del siglo XIX, las teorías bíblicas sobre la creación del mundo y el origen del hombre eran admitidas en el mundo cristiano sin ninguna discusión. Era tal la autoridad del libro sagrado, que cuando se descubrieron fósiles con antigüedades que sobrepasaban con holgura los 4.004 años, edad de la Tierra determinada por el arzobispo James Ussher a partir del relato bíblico, el padre Philip Gosse,
sacerdote y zoólogo inglés, propuso la“ ingeniosa” teoría de que la Tierra había sido creada por Dios, con fósiles falsos incrustados en las rocas, y en la fecha calculada por el ilustrísimo Ussher. En otras palabras, una mentira divina, petrificada para resistir el embate de los siglos, y para confundirnos. Borges califica esta idea como una mentira“ de elegancia un poco monstruosa”.
La Biblia sirve de guía religiosa a muchos cristianos, pero no ha sido ni será nunca un manual de geología, ni de cosmología, y menos un texto de biología, como lo pretenden aquellos creacionistas protestantes que en 1981 utilizaron su enorme poder político para que en el estado de Kansas se les diera un tratamiento equilibrado“ a la ciencia de la creación y a la ciencia de la evolución”. De regreso a la oscuridad del medioevo.
Las convicciones, decía Nietzsche, son más peligrosas para la verdad que las mentiras. Y llevadas hasta el fanatismo, apagan por completo las luces del entendimiento( en 1925, en la Enciclopedia Soviética se afirmó que“ la teoría de la relatividad es inaceptable a la luz